El puerto de Dover está preparado para asumir "cambios moderados" como consecuencia del Brexit

Si tuviese problemas de capacidad, parte de la carga que no necesita utilizar servicios de gran frecuencia, podría acomodarse en servicios no acompañados o de transporte de corta distancia.

07/03/2019 a las 0:36 h

camiones-en-el-puerto-de-dover El puerto puede hacer frente a un aumento de la demanda, pero debería establecerse un plan para la gestión de los picos de tráfico.

Pese a que la salida de Reino Unido de la Unión Europea está cada vez más cerca, no se han analizado sus implicaciones en el transporte marítimo de corta distancia entre Reino Unido y la Unión Europea, en especial en el puerto de Dover, ni cómo podrá redirigirse el tráfico en un futuro para agilizar las operativas.

La consultora Drewry ha realizado una evaluación para determinar cuál es su situación de cara al Brexit y en qué casos podrían crearse cuellos de botella. También se han estudiado rutas alternativas para el transporte de mercancías en la zona.

El puerto de Dover, que gestiona actualmente la mitad del tráfico de mercancías hacia y desde la Unión Europea, es el mayor puerto ro-ro de Reino Unido. Dada su importancia, ya está preparado para asumir ciertos cambios en su actividad como consecuencia del Brexit, siempre que sean moderados.

Además, tiene ya listas sus instalaciones para el control fronterizo y dispone de espacio de sobra para los atraques. De este modo, podrá hacer frente a la demanda existente e incluso a un aumento del 50%, aunque debería establecerse un plan para la gestión de los picos de tráfico.

Evitar posibles cuellos de botella

Si tuviese problemas de capacidad una vez que el país abandone la Unión Europea, parte de la carga que no necesita utilizar servicios de gran frecuencia, podría acomodarse en servicios no acompañados o de transporte de corta distancia. No obstante, las investigaciones al respecto indican que no se debe reubicar más del 20% del tráfico existente.

Igualmente, los procesos aduaneros han sido rediseñados para mantener el flujo de tráfico en Dover, pero aún no han sido probados. En caso de que funcionaran correctamente, se evitaría que la aduana se convierta en un cuello de botella.

Conviene señalar que la capacidad de gestión de los envíos desde el puerto se vería muy limitada si simplemente pasara de dos a cuatro minutos el tiempo empleado en las gestiones para el embarque de la mercancía.

Por otro lado, los buques que pasan por Reino Unido cuentan con una elevada tasa de utilización, lo que supone que cualquier retraso significativo llevaría a una reducción en la frecuencia de servicios y provocaría un colapso.

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