Este pasado miércoles 20 de febrero, como último brindis al sol de una intensa legislatura que ya agoniza, la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, en su última reunión, ha servido para escenificar con un elevado grado de fidelidad la parálisis que vive el desarrollo reglamentario de la regulación laboral de la estiba portuaria.
En este órgano se debatía una proposición no de ley del Grupo Socialista para instar al Gobierno (socialista también) a culminar el marco normativo de la actividad de la estiba portuaria que se aprobó, como no podía ser de otra manera, por unanimidad, dado que todos los grupos políticos están de acuerdo en que se solucione un problema que lleva demasiado tiempo abierto y que amenaza con provocar graves daños a la actividad portuaria.
Además, todos los partidos también coinciden en que este desarrollo normativo ha de hacerse con el consenso de los trabajadores y las empresas estibadoraspara garantizar la paz social y, en la medida de lo posible, el empleo.
El bloqueo de Competencia
Sin embargo, un trámite que a priori se antoja plácido sigue empantanado, a juicio de los representantes políticos y de diferentes actores sociales del sector, por el bloqueo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que se opone al régimen previsto para la subrogación de trabajadores, algo que en su opinión vulnera la libertad de acción empresarial en el ámbito de los servicios portuarios de estiba.
Ahora habrá que ver si en sus últimos actos ejecutivos, el Gobierno se decide a sacar adelante el reglamento de la estibaantes de las próximas Elecciones Generales, una vez tenga el dictámen de la Comisión Europea al respecto, algo que podría estar listo antes de que termine este mismo mes de febrero.