Tras las primeras pruebas con el nuevo modelo de distribución on-line e invertir 12 millones de euros en la construcción de su primera colmena para este canal en el polígono de la localidad valenciana de Vara de Quart, Mercadona se centra en extender la experiencia con la incorporación de dos nuevas colmenas este mismo año en el polígono industrial de la Zona Franca de Barcelona, a mediados de junio, y en la localidad madrileña de Getafe.
Además, a medio plazo, otro de los principales retos para las ventas de comercio electrónico de la valenciana se centra en rentabilizar un servicio que a día de hoy es deficitario, ya que, según algunas informaciones, cada pedido on-line le cuesta unos 16 euros a la cadena, pese a que cobra 7,21 euros por los envíos a domicilio para pedidos mínimos de 50 euros.
Sin embargo, Mercadona parece haber apostado fuerte por el canal de venta electrónica, con una nueva web de compra y dos aplicaciones móviles, a la vista de la acogida que ha tenido su primera experiencia en Valencia, donde ha sumado un total de 62.000 nuevos usuarios dados de alta desde su lanzamiento para los que se vienen realizando unos 800 pedidos diarios, con una facturación mensual de unos 2,2 millones de euros.
Así pues, la carrera por la rentabilidad en el comercio electrónico parece centrarse, en el caso de Mercadona, en alcanzar volúmenes que le permitan revertir la tendencia y empezar a ganar dinero en un canal en el que la valenciana quiere estar porque lo considera esencial para su futuro.
Tras la colmena de Valencia, este año llegarán las de Barcelona y Madrid.