Manuel Perezcarro, secretario general de Froet

Los efectos del Covid-19

Durante la pandemia que estamos padeciendo, se han puesto de manifiesto en el transporte de mercancías por carretera comportamientos, actitudes y problemas que si bien no eran nuevos, sí que se han mostrado con mayor evidencia.
17/11/2020 a las 19:19 h

Conviene recordar que no todo el sector está sufriendo esta crisis sanitaria de la misma manera. El transporte frigorífico, en particular, ha estado trabajando durante el estado de alarma debido a la naturaleza de las mercancías que transporta, alimentación fundamentalmente, pero sin embargo,ha tenido muy complicado la gestión, por un lado, ante la carencia de viajes de retorno y por otro, por las dificultades e inconvenientes que los conductores han tenido que sufrir por el cierre de los servicios de hostelería, las esperas para las descargas o su intervención - desaconsejada por la Comisión Europea y el Gobierno – en las labores de carga y descarga.

Los cargadores han respondido, ante estos problemas de manera diferente, la mayoría, siento decirlo, mal.

Han sido casos aislados, los que dándose cuenta de la situación, han compensado económicamente esos retornos en vacío. Pocos, muy pocos, se han comportado correctamente con nuestros conductores, sin facilitarles acceso a aseos, teniéndoles interminables horas de espera para descargar, sin ofrecerles ni agua y exigiendo su participación en la carga o descarga del vehículo.

Aquí he de reconocer y agradecer el comportamiento de unos pocos, entre ellos el Grupo Inditex que facilitaba a todos los conductores que llegaban a sus instalaciones una bolsa de avituallamiento con comida y agua.

[sumario]¿Dónde han estado los sindicatos durante todo este tiempo?, porque no han sido ellos, si no las asociaciones de transportistas, las que han estado al pie del cañón.[/sumario]

Como decía al principio, lo que ha hecho la pandemia ha sido poner de manifiesto problemas generalizados que viene padeciendo el sector.

Los abusos de los cargadores no son nuevos y estos abusos se deben a la posición de debilidad que, frente al cargador, tiene el transportista. Hay miles de empresas de transporte y muy pequeñas en su mayoría, lo que da pie a estas situaciones.

Algunos transportistas dicen que la culpa es suya por no saber decir “NO”, pero ni siquiera los que lo dicen están convencidos de ello, y si no, que empiecen ellos y asuman las consecuencias.

Por eso, es absolutamente necesario que, tratándose de un sector esencial, se habiliten por el estado unas medidas de protección contra estos abusos y por eso el sector amenazó con un paro patronal, gracias a lo cual, el Ministro de Transportes se ha comprometido a atender las ya históricas reivindicaciones y se han iniciado ya las reuniones comprometidas con el Comité Nacional de Transportes, reuniones a las que, por cierto, quieren incorporarse los sindicatos.

Y yo me pregunto, ¿dónde han estado los sindicatos durante todo este tiempo?, porque no han sido ellos si no las asociaciones de transportistas las que han estado al pie del cañón durante el estado de alarma denunciando las carencias de los conductores y haciendo que el Gobierno tomase cartas en el asunto, y me refiero, por ejemplo, a la falta de mascarillas, a la falta de aseos y restaurantes, a las cargas y descargas, a los tiempos de espera etc. Supongo que si los sindicatos tuviesen que mantenerse exclusivamente de las cuotas de sus asociados, con esta actitud, no existirían.

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