Con una flota de más de 10.000 vehículos de sus asociados, en opinión del secretario general de la Asociación Española de Empresarios de Transporte Bajo Temperatura Dirigida (Atfrie), Javier de Mauricio, el sector de transporte frigorífico en España “recibe muy poca ayuda” en comparación con otras actividades.
En lo que respecta a la Administración, sólo se ha visto favorecido por dos decisiones concretas de la ministra de Fomento, Ana Pastor, con su oposición a la introducción de la euroviñeta y a las 44 tn en España, a pesar de las presiones recibidas desde varios frentes. Más allá de estas actuaciones, “poco hay que reseñar”.
A la inacción del Gobierno, se han de sumar las actuaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) “contra” este sector. Así, poco antes de que las principales empresas se reunieran en la Asamblea General de Atfrie, que se celebró los días 10 y 11 de septiembre en Valencia en el marco del III Congreso de Transporte Frigorífico, el organismo hizo públicas sanciones, de 8,85 millones de euros, impuestas a 12 empresas y a la propia asociación, a la que ha multado por un importe de 200.000 euros.
Los recursos, que asociación y empresas han anunciado que presentarán a la Audiencia Nacional, que no tiene plazo para contestar, aplazan la resolución del conflicto.
Al transporte frigorífico cada vez se le pide más
En la actualidad, el sector del transporte está sometido a presiones diversas, provenientes bien de los países vecinos, que luchan contra el ‘dumping social’ o de dentro de las fronteras españolas, con el exceso de restricciones a la circulación o la “consentida” morosidad. Pero al transporte frigorífico se le presentan otros retos propios de la especialidad.
“Al sector del frío cada vez se le pide más”, asegura de Mauricio, como los problemas surgidos con la aplicación de la normativa de los 1.500 litros de gasóleo, que las autoridades de cada país entienden de forma diferente, o la necesidad de revisión de los termógrafos que topa con problemas a la hora de elegir dónde se efectúan esas revisiones.
Junto a estos retos que apunta De Mauricio, el transporte frigorífico comparte los problemas comunes al resto del sector, como la aplicación de salarios mínimos en Alemania o Francia, la prohibición de realizar el descanso en cabina, la aplicación del retorno a casa, y los problemas de índole social con los conductores que esto conlleva, la escasa disponibilidad de aparcamientos vigilados y las contradicciones entre legislaciones comunitarias y nacionales, entre otras cuestiones.
El asociacionismo entre los transportistas españoles es escaso
Javier de Mauricio comparte la creencia de que las asociaciones deberían “hacer de lobby” para defender los intereses del sector, pero recuerda que estas “no pueden hacer nada” que no nazca de los asociados. De Mauricio considera uno de los principales problemas del sector, precisamente, la falta de asociacionismo entre las propias empresas.
“Los cargadores saben que la gran debilidad del transporte por carretera es que este no se une”, sentencia el secretario general antes de indicar que el problema es prácticamente irresoluble, ya que sólo se salvaría con un nuevo planteamiento que “no va a llegar” por las mismas convicciones de los transportistas.
Tal vez lo que subyace en el fondo de esta cuestión, derive, en opinión del secretario general de Atfrie, de los problemas de financiación de las asociaciones, agravados en estos años de crisis por la desaparición de muchas empresas y la consiguiente caída de la recaudación de las cuotas de los asociados. Las malas prácticas de financiación irregular a través de las subvenciones estatales a la formación “han hecho también mucho daño al sector”.
Actualmente, las cuotas de los asociados cubren apenas un 50% de los gastos de una asociación, y “para el resto ha de buscarse financiación por la vía de ofrecer servicios de valor para los asociados”.
En el marco de este planteamiento, y en relación con la organización de la tercera edición del Congreso de Transporte Frigorífico, Javier de Mauricio ponía el énfasis al afirmar que Atfrie “no recibe ningún beneficio económico del congreso”, y “apuesta realmente” por la formación de los conductores en los que cursos que imparte, como vía necesaria para renovar sus conocimientos de forma contínua y conseguir un transporte más seguro y fiable.
