Astic es contraria al sistema de módulos en el transporte y se opone a que desaparezca de forma escalonada

Desde la asociación de transporte internacional también se lamenta el mensaje ambiguo que se lanza desde los partidos políticos en relación a la aplicación de la euroviñeta.

14/06/2012 a las 7:49 h

Jornada fiscalidad de Aeutransmer con participación de ASTIC

La patronal de transporte internacional Astic se muestra completamente en contra del actual sistema fiscal de módulos por el que tributan muchas pequeñas empresas y autónomos del transportes profesional por carretera, por lo que está a favor del proyecto de Ley de lucha contra el fraude fiscal aprobado por el Consejo de Ministros recientemente y que contempla la exclusión de este sistema a los empresarios que facturen menos del 50% a particulares y tengan un volumen de negocio de más de 50.000 euros al año.

Así lo ha expresado José Manuel Pardo Vegezzi, secretario técnico de Astic, durante su intervención en la jornada "La fiscalidad en el transporte de mercancías", organizada por Aeutransmer en Madrid. El responsable de Astic ha asegurado que es uno de los temas más candentes actualmente en el sector y donde hay una parte del sector y algunas asociaciones que defienden el sistema actual de forma integra, otro grupo a favor de su eliminación paulatina y otro más, entre los que se incluye Astic, "que somos contrarios a los módulos y partidarios de su desaparición total".

Formula encubierta de subvención del transporte

Para la asociación, "el sistema de módulos es una forma de subvención al transporte por carretera que no tiene comparación en otros países europeos". En opinión de José Manuel Pardo, con el sistema de módulos los autónomos están en un régimen fiscal "beneficioso y subvencionado".

Asimismo, tampoco está de acuerdo con la desaparición de forma escalonada de este sistema para las empresas y autónomos en función del número de vehículos porque "la empresa o transportista que se quede fuera del sistema también estará fuera de competencia frente a los que sigan manteniendo camiones en ese modelo".

Los regímenes transitarios, ha asegurado, "pueden tener efectos negativos" y ha recordado que hay muchas empresas de transporte internacional que no subcontratan con empresas o transportistas que estén en ese régimen fiscal.

El sector ya paga las infraestructuras 

El técnico de Astic también ha abordado la situación actual y posible aplicación de la euroviñeta en Europa y en España. Como es lógico, desde la asociación y, en general, desde el sector transporte, se está en contra de cualquier nuevo gravamen al sector , pues "según un estudio de la Fundación Francisco Corell está demostrado que con el pago del impuesto de hidrocarburos por parte del sector se paga el uso de las infraestructuras".

Uno de los ejes de la política de transporte de la UE en los últimos veinte años ha sido la imputación de los costes externos. "Pero la acción más contundente en favor del pago por uso de las infraestructuras ha sido el prolongado esfuerzo alemán pro conseguir que los transportistas extranjeros paguen por el uso de sus autopistas", entiendo Pardo.

Para Astic queda claro que el establecimiento de estos gravámenes no resulta neutro para la economía de los Estados. "Hay países cuyos transportistas utilizan mucho la infraestructura de los otros, y cuyas infraestructuras no son muy utilizadas por los operadores de otros países y otros en los que se experimenta una situación inversa", asegura.

De ahí que es fundamental factores como el territorio, el carácter central o periférico y la actividad internacional de los transportistas. Así, según un estudio elaborado por la IRU, países como Francia o Alemania salen muy beneficiados de la aplicación de la euroviñeta en sus autopistas, ya que ingresarían a sus arcas más de 21.000 millones de euros, mientras que para España el resultado sería muy negativo, con un desfase de unos 4.000 millones de euros.

Tasa por usuario vs. tasa kilométrica

Dado que el sector asume que antes o después el gravamen se aplicará, Pardo reconoce que el sector transporte prefiere una tasa por usuario, es decir, el transportista paga por un determinado tiempo que utiliza las infraestructuras, al ser más ventajosa que la tasa kilométrica, dado que oscila mucho el precio a pegar según los países. El problema de la tasa por usuario es no tiene un cómputo específico a la utilización, por lo que resulta más difícil repercutir los costes en las facturas a los clientes.

José Manuel Pardo entiende que aunque la excusa de esta tasa en sufragar los costes externos que genera el transporte, al no ser finalista los estados que la apliquen no están obligados a invertirlo en la construcción y mantenimiento de las infraestructuras, "por lo que en la práctica todos los países destinarán lo recaudado a los transportistas a cubrir sus déficits actuales".

De ahí que recuerda a los lobbies de presión en favor de su implantación, como constructoras 0 gestores de infraestructuras, que "deben ser conscientes que este dinero no irá destinado a nuevos proyectos, sino a atajar el déficit". Finalmente, Pardo lamenta que los partidos políticos han adoptado un discurso ambiguo al respecto, "tras mantener en el pasado una posición en contra de la aplicación de la euroviñeta".

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