Ricardo Ochoa de Aspuru, director general de Cadena de Suministro

Clamores en el desierto de la crisis

En los últimos meses, y especialmente en los primeros días de agosto, se han conocido diversos movimientos empresariales que han sorprendido en el propio sector.
03/10/2022 a las 12:47 h

Desde principios de 2020, Europa vive tiempos convulsos. Empresas y trabajadores del transporte lo saben bien y también todos los que estamos relacionados con este sector tan duro, tan invisible como imprescindible.

En este contexto, ha tenido que ser una de las crisis más duras de las últimas décadas la que ha colocado al transporte en el lugar de privilegio que se merece.

Sin embargo, los empresarios del transporte en general, y del frigorífico en particular, parecen hartos de sinsabores. De costes al alza, de presiones de los clientes o de tener que buscar personal competente debajo de las piedras, por poner algunos ejemplos.

Paradójicamente, en medio de este tiempo de incertidumbres y desánimo, el foco inversor parece centrarse en el sector.

En los últimos meses, y especialmente en los primeros días de agosto, se han conocido diversos movimientos empresariales que han sorprendido en el propio sector. De ellos hablamos más en detalle más adelante, en estas mismas páginas.

De pronto, los ojos de los inversores se han vuelto hacia las empresas de transporte, también y de manera significativa hacia las del segmento frigorífico, para invertir. Es toda una paradoja: mientras que los transportistas buscan cómo salir, hay inversores dispuestos a entrar. ¿Qué buscan? ¿Por qué lo hacen?

Son muchas las interpretaciones que pueden hacerse y poco lo que se sabe del verdadero interés que está detrás de estas operaciones.

Lo cierto es que la gestión de una empresa de transporte requiere de unas habilidades especiales que no se enseñan en las escuelas de negocio al uso, pero aun así los inversores siguen acudiendo al sector. La situación económica y social que se vive tiene mucho que ver en este renovado interés inversor.

[sumario]La crisis sanitaria que llegó a Europa en el primer trimestre de 2020 provocó una profunda alteración de las cadenas de suministro del continente que dura hasta hoy día.[/sumario]

La crisis sanitaria que llegó a Europa en el primer trimestre de 2020 provocó una profunda alteración de las cadenas de suministro del continente que dura hasta hoy día. Como consecuencia, los flujos de transporte se vieron alterados, faltaron camiones (algo que también sucede ahora mismo) y las mercancías tardaban más en llegar a sus mercados de destino. O directamente no llegaban. Llegó a desatarse el pánico en algunos casos.

Todo ello sirvió para que toda la economía europea se diera cuenta de la importancia clave que tiene el sistema de transporte. El de mercancías, claro.

Los inversores tomaron nota. Vieron cómo las principales empresas de distribución del continente se ponían las pilas para conseguir camiones de donde fuera. Se dieron cuenta de la importancia que tiene asegurar el transporte para que las mercancías estén en destino. Y, también, comprobaron, a la vista de los precios y los volúmenes que se manejaban, que en este panorama podría hacerse dinero con este negocio.

Sin embargo, para el común de los transportistas, las incertidumbres son muchas, conviene no engañarse, pero también hay que ser conscientes de que toca trabajar con rigor y haciendo las cuentas claras, con la vista puesta en que este sector es una de las columnas básicas de la economía de mercado en Europa.

¡Ánimo y al toro!.

 

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