Manuel Pérezcarro, secretario general de FROET

Conservadurismo

El no claro y contundente a un cambio de la normativa sobre pesos y dimensiones, no es fruto de de una actitud conservadora, sino el producto de una profunda reflexión sobre los efectos que ello comportaría para el conjunto del sector.
13/10/2014 a las 1:49 h

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Hace unos días leí unas declaraciones atribuidas a Juan Miguel Sánchez, que fue director general de Transportes Terrestres del Ministerio de Fomento entre los años 2000 y 2010, al que personalmente aprecio y reconozco una magnífica labor durante estos años.

Decía Juan Miguel que “las asociaciones de transportistas tienen posiciones más conservadoras que muchas empresas de transporte”en relación con la modificación de la normativa de pesos y dimensiones.“Muchas empresas –afirmaba– están más abiertas a los requerimientos del cliente a la hora de poner sobre la mesa la modificación de pesos y dimensiones”.

Dicho así, parece que las asociaciones que nos oponemos a las modificaciones de pesos y dimensiones podemos estar en contra de la eficiencia o del necesario progreso y que, nos regimos por criterios conservadores o inmovilistas.

Nada más lejos de la realidad. En cuanto a las posiciones de determinadas empresas, favorables a una modificación, es muy importante saber discernir entre lo aparente y lo real, es decir, entre la posición manifestada públicamente y lo que verdaderamente piensan.

En un sector como el del transporte, en el que la competencia llega a ser despiadada, ¿qué transportista es capaz de negarse a los deseos de su cliente? ¿Y si resulta, encima, que es su único cliente, como ocurre en algunas de las empresas que se muestran favorables al cambio?

Evidentemente, en estas circunstancias, resulta muy fácil quebrar la voluntad del transportista. No se puede deducir, pues, que  la posición favorable de algunas empresas de transporte a una modificación de los pesos y dimensiones de los vehículos signifique que estén de acuerdo. Simplemente se han visto obligados a ello, porque el cliente es el jefe, como gusta decir a algún magnate de la gran distribución.

Las asociaciones, sin embargo, no están condicionadas o no deberían estarlo, ni deben resultar vulnerables a las presiones del mercado y tienen la obligación de defender los intereses generales del sector al que representan. Son el amparo, en nuestro caso, del transportista.

Puede parecer que las asociaciones muestran posiciones más conservadoras a las de nuestros propios asociados, pero no se corresponde con la realidad. Es más, en muchos casos, han sido las asociaciones quienes han mantenido posiciones más avanzadas que muchas empresas y eso lo sabe bien Juan Miguel durante su larga trayectoria en la Dirección General.

Pero en un tema tan serio como un posible incremento de pesos y dimensiones de los vehículos, cuyos efectos negativos para el sector están más que constatados, no es que debamos ser conservadores, es que debemos ser beligerantemente contrarios.

Ya se han comentado en estas páginas las razones por las que nos oponemos. Estas razones se han defendido con argumentos en el seno de organizaciones como Froet o CETM. Existe un informe elaborado por la Comisión de Pesos y Dimensiones de CETM, al que cualquiera puede acceder desde nuestra web.

Por tanto, el no claro y contundente a un cambio de la normativa sobre pesos y dimensiones, no es fruto de una actitud conservadora,sino el producto de una profunda reflexión sobre los efectos que ello comportaría para el conjunto del sector.

Manuel Pérezcarro Martín

Secretario general de Froet

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