Los Estados Miembros deberían aumentar sus inversiones para que los trenes puedan cruzar las fronteras más fácilmente y los transbordos sean más sencillos.
Potenciar el transporte ferroviario en la Unión Europea podría contribuir a reducir un 4% las emisiones del transporte por carretera para el año 2050, según el último estudio de Transport & Environment, que afirma que para lograr este objetivo, es necesario que la cuota ferroviaria pase del 18% actual al 23%.
Esto requiere una amplia expansión de la capacidad europea para este tipo de transporte, así como impuestos más elevados para el combustible y un sector ferroviario moderno, competitivo y orientado al cliente.
No obstante, sin las medidas adecuadas, es probable que la cuota se mantenga en los niveles actuales, aunque el sector podría beneficiarse de la caída del transporte de graneles en largas distancias, para lo que el tren suele proporcionar un mejor servicio.
La finalización de la red TEN-T, junto a la integración de los corredores ferroviarios de mercancías, garantizará que el tren mantenga las mismas cifras, aunque podría llegarse al 23% de cuota de transporte ferroviario si se incrementa la capacidad del sector y los operadores mejoran su servicio al cliente.
Mayor competitividad
Para lograr este cambio en el modelo de negocio, también es preciso generar un ambiente de competitividaden el que más empresas puedan competir de forma justa y equitativa con los operadores estatales.
Incluso aunque el 23% podría no parecer muy elevado, supondría un considerable aumento de los volúmenes totales transportados. En términos absolutos, implicaría un incremento del 79% en las toneladas por kilómetro transportadas hasta 2030, lo que supone un gran desafío en lo que respecta a la capacidad de las infraestructuras.
Para conseguirlo, todos los Estados Miembros y la Unión Europea deberían aumentar sus inversiones para que los trenes puedan cruzar las fronteras fácilmente y los transbordos se realicen más rápido y de forma más económica.