El código de barras continúa evolucionando cuatro décadas después

Los cambios que experimenta la cadena de suministro conllevan la continúa innovación en tecnologías de marcaje, codificación e identificación.

04/05/2015 a las 0:53 h

Leyendo un codigo de barras

El código de barras se encuentra tan integrado en todos los sectores y ámbitos de la sociedad en el s.XXI que sorprende pensar que hace sólo cuatro décadas que se produjo el primer escaneo de un código de barras en un supermercado con éxito, un 26 de junio de 1974.

Y, sin embargo, esta solución continúa evolucionando 40 años después, motivada por los cambios en la cadena logística de todos los sectores y por la cada vez mayor presencia del Internet de las Cosas en el día a día de la sociedad, pero también por las nuevas normas sociales que requieren un mayor control sobre todos los productos.

Además de revolucionar la forma de gestionar el inventario, el poder real del código de barras en las cadenas de suministro se debe a la implantación de un formato estándar a nivel mundial, así como al apoyo que brinda para establecer bancos de datos cuya información se puede compartir en tiempo real entre los actores de la cadena.

Acorde con la evolución de la tecnología, durante los últimos años han aparecido nuevos códigos de barras cada vez más interactivos, con mayor numero de datos, y con niveles de precisión y productividad sin precedente en aplicaciones en toda la cadena de suministro. Entre otros destacan los códigos 2D, que ha marcado un hito al poderse leer desde cualquier dirección, los códigos QR o los 3D.

Del mismo modo, otras tecnologías de identificación automática, como el RFID, están jugando un papel similar, mientras que nuevas simbologías, como el 'Bokode', prometen beneficios aún mayores en este ámbito.

Nuevas tecnologías para una nueva sociedad

Ahora, sin embargo, se le exige al código de barras mucho más en cualquier sector y ámbito, lo que obliga a esta tecnología a evolucionar constantemente. 

Así, nuevas normativas en el sector farmacéutico o alimentario obligan a aumentar la información de los productos para mejorar la protección de los consumidores, requisitos que han impulsando la adopción de códigos de barras 2D que incorporan datos como números de lote o fechas de producción.

Además, esta tecnología permite mejorar el intercambio de esos datos con socios de la cadena de suministro, no solo para gestionar el inventario, si no para que el mismo este en todo momento controlado, algo especialmente importante en el caso de que haya que retirar un producto del mercado.

El resurgir del RFID y la aparición del 'Bokode'

Hace una década, la tecnología RFID fracasó en el comercio minorista debido a la inmadurez de esta tecnología. No obstante, la misma está volviendo con fuerza al mercado durante los últimos años, especialmente en el sector textil.

En este contexto, desde DHL auguran que las aplicaciones RFID llegarán pronto hasta la cadena de suministro al por menor, siendo utilizada tanto por los fabricantes como por los proveedores de materias primas para mejorar la precisión y eficiencia.

Por otro lado, en el horizonte de los nuevos códigos de barras se encuentra el 'Bokode', desarrollado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos.

A simple vista, esta solución puede parecer un pequeño emisor LED de tres milímetros de grosor y luz roja, pero en realidad es una lente óptica que esconde una serie de códigos de barras 2D en miniatura.

Un Bokode puede almacenar un millón de veces más datos que un código de barras estándar y se puede leer con una cámara normal. Los científicos prevén su uso en aplicaciones tales como la realidad aumentada y de captura de movimiento.

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