La sevillana Translipul se fundó en 1960.
La reciente crisis económica ha dejado un reguero de víctimas a su paso del que la economía de nuestro país aún no ha conseguido reponerse del todo.
Empresas y trabajadores han visto en muchas ocasiones cómo sus esfuerzos no servían para sacar adelanteuna actividad que se venía abajo no por empeño ni por capacidad, sino una espiral de falta de actividad.
Sin embargo, existen las segundas oportunidades. En este caso, la sevillana Translipul, empresa de honda raigambre en el transporte en cisternas de líquidos y pulverulentos a granel fundada en 1960, ya tiene, desde mediados del pasado mes de diciembre, una sentencia firme del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla que afirma que el concurso de esta empresa ha sido fortuito.
Esta calificación refleja que la dirección de la empresa de transporte andaluza no ha incurrido en una mala gestión de su actividad, ya sea de manera deliberada o por algún otro motivo, y que, por tanto, su evolución se ha debido a la situación del mercado.
Translipul entró en procedimiento concursal en abril de 2013. Posteriormente, en octubre de 2014 se aprobó el convenio de acreedores para pagar sus deudas durante los cinco años posteriores.
El crecimiento a doble dígito que experimentó la empresa, según explicó en noviembre de 2016 a cadenadesuministro.es el director comercial de Translipul, Antonio Amarillo Rodríguez, hizo pensar en la posibilidad de adelantar este plazo en aproximadamente un año,
Sin embargo, la calificación del concurso como fortuito viene a terminar con este proceso.
La empresa sevillana de transporte en cisternas cuenta con una base en la localidad de Carmona que ocupa una superficie de 39.000 m2, así como con una flota integrada por 15 tractoras.