El derrumbe del viaducto de Génova obliga a los transportistas españoles a tomar rutas alternativas

Además de las pérdidas humanas y económicas de este derrumbe, también se ha abierto un debate sobre la necesidad de invertir en conservación de las infraestructuras.

28/08/2018 a las 12:24 h

Además del fallecimiento de 43 personas y el rastro de heridos y vecinos desplazados que ha dejado, el desplome del Viaducto Polcevera o puente Morandi este mes de agosto, en la autopista A-10 a su paso por Génova, ha provocado la pérdida de una conexión esencial para el transporte de mercancías en la costa noreste de Italia.

Este puente, por el que transitaban a diario más de 75.000 vehículos, constituía un nexo viario vital para conectar Francia, Austria, Suiza o Alemania con el norte de Italia, el Adriático y el sur de Italia. Su derrumbe ha obligado a las autoridades italianas a establecer diversos itinerarios alternativos, ante la perspectiva de que la infraestructura no se recuperará antes de un año, como vaticinan las propias autoridades italianas esta misma semana.

De este modo, como informa Fenadismer, para los tráficos locales o regionales se recomienda no transitar por el resto de la autopista y utilizar como alternativas carreteras regionales o tramos urbanos recomendados por las autoridades italianas.

Rutas alternativas

Para los servicios de larga distancia e internacionales, el Gobierno italiano ha establecido una serie de itinerarios alternativos para los flujos de tráfico en la A-6 desde Turín, la A-26 desde Alessandria, la A-7 desde Milán y la A-12 desde La Spezia.

Así mismo, los principales problemas se están registrando en los viajes de larga distancia procedentes de la frontera francesa, en el paso internacional de Ventimiglia, que es la vía utilizada principalmente por los más de 9.000 transportistas españoles que realizan transporte de mercancías hacia Italia.

Para este caso se recomienda desviarse de la A-10 antes de llegar a Génova para conectar con la A-26 en dirección a Novi Ligure y, posteriormente, descender por la A-7 hasta conectar con la A-12 si el destino de la mercancía es el centro o sur de Italia, lo que supone hacer un recorrido adicional superior a los 100 kilómetros.

De igual manera, para acceder al corredor del Adriático, el itinerario alternativo salir de la A-10 antes de alcanzar Génova por la A-26, A-21, A-14 y finalmente por la A-1 hacia la costa adriática. Para los accesos a Milán y otros países europeos como Suiza, Eslovenia o Croacia, desde la A-10 se recomienda enlazar directamente con la A-21 dirección Milán y desde allí, en su caso, la A-4 para acceder a la región de Turín.

El derrumbe de una infraestructura vital para las conexiones viarias internacionales de Italia ha abierto en el país transalpino un importante debate sobre el estado de conservación de las carreteras y la necesidad de acometer inversiones para ponerlas al día y garantizar su funcionalidad presente y futura.

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