El impacto económico de la digitalización

La transformación digital implica un cambio cultural por un profundo impacto económico, tanto en la creación y desaparición de algunos nichos de negocio, como en la creación de empleo, así como en su calidad y estabilidad.

04/02/2021 a las 22:32 h

La digitalización supone, además de un reto tecnológico, un cambio cultural de gran calado con profundas consecuencias a nivel económico y social.

El proceso implica, por un lado, el abandono de importantes nichos de mercado que hasta ahora han venido jugando un papel crucial y la llegada de nuevas posibilidades que abre la economía digital, además de una ampliación del terreno de juego, toda vez que, merced a las nuevas tecnologías, incluso las empresas más pequeñasestán en disposición de jugar un papel relevante a escala global.

Esto implica ventajas e incovenientes, aunque, al decir de los expertos, las primeras superan con creces a los segundos, con lo que inclinan la balanza a favor de un proceso largo, no exento de dificultades y que sacude los cimientos de las sociedades contemporáneas.

Ademas, la propia inercia que lleva el desarrollo tecnológico permite su llegada a empresas cada vez más pequeñas, al irse reduciendo paulatinamente las necesidades de inversión que se requieren para poder acceder a las herramientas tecnológicas.

Dentro del ámbito del transporte y la logística, ambos sectores están abiertos a las tres grandes posibilidades que abre la tranformación digital.

Por un lado, el sector logístico y de transporte pueden obtener un gran rendimiento de la economía digitalizada, lo que incluye la aparición de nuevos modelos de negocio o modelos de negocio transformados digitalmente.

[sumario]El rápido avance tecnológico facilita el acceso de empresas cada vez más pequeñas a tecnologías avanzadas a costes cada vez más ajustados[/sumario]

Es el caso, por ejemplo, de la aplicación de las nuevas tecnologías al negocio logístico y de transporte para aportar una mayor eficiencia a sus procesos tradicionales, especialmente desde el ámbito de la gestión o de la relación directa con los clientes.

Por otro lado, también puede apoyarse en  productos y servicios que se basan en elementos clave de la economía digital, como plataformas digitales o aplicaciones en móviles.

A este respecto, a la vista está el potencial que ofrecen las nuevas tecnologías para crear redes y plataformas capaces de aprovechar huecos en el mercado para rentabilizarlos mediante un uso intensivo de la tecnología, aunque, a veces, estos negocios chocan con modelos tradicionales, al utilizar modelos innovadores

Y, finalmente, también está en disposición de aplicar tecnologías digitales propias de la economía digital, con el fin de aportar un mayor valor añadido a una actividad con grandes capacidades para generar ingentes volúmenes de datos susceptibles de ser transformados en información y análisis estratégicos para la competitividad de sus clientes.

Ya hay camino avanzado

Sin embargo, las nuevas tecnologías no son un elemento recién llegado a la economía española.

Según datos de Adigital, el tamaño de la economía digital en España se aproxima al 19% del PIB en 2019, volumen que la coloca como el segundo sector económico del país, solo por debajo del inmobiliario, y con un impacto directo que ronda el 9% del PIB español en 2019.

Pero, pese a estas cifras, en 2020 España está colocada en el puesto número once de toda Europa por lo que respecta a avances en digitalización, lo que indica que aún existe una brecha por cerrar con respecto a los países más avanzados de nuestro entorno, especialmente en las empresas de dimensión más pequeña.

Así mismo, pese a ser modestos, los registros en usos de nuevas tecnologías también parecen indicar que la digitalización ha calado entre las empresas españolas.

Por poner dos datos, el Instituto Nacional de Estadística calcula que en 2020 el porcentaje de empresas españolas que utiliza técnicas ‘Big Data’ es de un 8,5%, mientras que el de compañías que utilizan el internet de las cosas asciende a un 16,8%.

Precisamente estas dos tecnologías son, quizás, junto con ‘Blockchain’, algunas de las prometedoras en relación con los beneficios que, como resalta el INE, ya están aportando a las cuentas de las compañías del país.

Por un lado, el ‘Big Data’permite aprovechar el ingente volumen de datos que se produce en todos los eslabones de la cadena de suministro, para canalizarlos, tratarlos y convertirlos en conocimiento que permita introducir medidas de corrección y de mejora continua en la gestión logística.

De igual modo, el internet de las cosas es un concepto amplio que permite, entre otras cosas, avanzar en la sensorización y la trazabilidad a tiempo real, con lo que se pretende conseguir una visibilidad completa de la cadena de extremo a extremo, algo de gran importancia, no solo para los clientes del comercio electrónico, sino para que las empresas puedan adaptarse a los cambios del mercado en plazos muy cortos, algo de especial relevancia en momentos de gran incertidumbre, como el que vivimos desde mediados del pasado mes de marzo en toda Europa.

Covid-19, un acelerador del cambio

En este panorama, la llegada de la pandemia de coronavirus ha actuado como una especie de aceleradorde la transformación digital en diferentes ámbitos.

En concreto, las medidas de confinamiento de la población y ciertos aspectos sanitarios han transformado en gran parte los hábitos de consumo en el país de un modo que, a juicio de muchos expertos, dista mucho de ser coyuntural y que implica una transformación estructural.

Según registros de Adigital,  para finales de marzo, apenas 15 días después de la declaración del estado de alarma, las compras por internet ganaranse colocaron hasta alcanzar el 22,3% del total de las transacciones en el país.

Esto implica que, si sólo el 10% de las transacciones no volvieran a ser físicas, se habría progresado tanto en esos 15 días como la media anual de los últimos cincoaños, en los que, dicho sea de paso, se ha avanzado una barbaridad, aunque aún quede mucho camino por recorrer para que España alcance el nivel de otros países de su entorno.

Por decirlo brevemente, el empujón que ha vivido el comercio electrónico en la etapa más dura del confinamiento ha sido exponencial para un segmento de actividad que ya lleva más de un lustro creciendo con fuerza y que ahora ha visto cómo ha profundizado en la gama de productos en que tiene penetración y que, al mismo tiempo, también ha incorporado a un nutrido grupo de compradores que hasta ahora no habían usado el canal on-line y que ahora se muestran dispuestos a emplearlo con asiduidad.

En el ámbito logístico y de transporte, la contribución de la economía digital aporta grandes ventajas en lo que se refiere a gestión, por cuanto está llamada a jugar un papel fundamental para reducir la burocracia que envuelve al sector y agilizar el movimiento seguro de la documentación que viaja asociada a la carga a lo largo de toda la cadena de suministro.

De igual modo, la digitalización también aporta mejoras en las relaciones con los clientes, a través tanto de la flexibilidad que ofrecen las nuevas tecnologías, algo que puede trasladarse a la gestión logística, como en la aportación de información de gran valor añadido en el ámbito de la cadena de suministro, con implicaciones cruciales en la estrategia empresarial, y que van desde la previsión de la demanda, hasta la planificación de la producción y el aprovisionamiento a través de sistemas dinámicos que permitan aportar la flexibilidad y la resiliencia que se requieren en entornos tan complejos e inciertos como el actual.

En concreto, Adigital estima que un uso de la mejora de las ventas off-line gracias a la gestión digital del stock en el sector del comercio minorista permite liquidar productos frescos con suficiente antelación en alimentación o anticipar la estrategia de descuentos en moda, de tal manera que, merced a estas herramientas se aportan 1.320 millones de euros al PIB digital.

Palancas para la transformación

En este ámbito, Adigital estima que existe un grupo de palancas para acelerar la transformación digital de España y que se centran, en primer lugar, en la infraestructura y la  conectividadcon las instalaciones necesarias para el desarrollo de la economía digital.

De igual modo, otra de las palancas para la digitalización es el impulso de las capacidades digitales de los trabajadores,algo que incluye el conjunto de habilidades que permiten el uso de las tecnologías existentes por parte de los ciudadanos y de las empresas.

Este es un elemento clave, ya que sin personal capaz de aprovechar todas las ventajas que ofrece la tecnología, los avances se ralentizan.

El tercer ámbito para potenciar la transformación digital tiene que ver con la seguridad, regulación y fiscalidad, ya que la nueva realidadimplica la aparición de nuevas figuras, cuya regulación ofrece aristas que deben afrontarse para proteger a los ciudadanos, las empresas y las Administraciones Públicas de los riesgos que existen o pueden aparecer

Por último, el fomento del emprendimiento e innovacióna través de la inversión pública o privada en investigación, desarrollo e innovación es un un elemento clave de la transformación digital.

Un impacto económico positivo

Adigital ha cuantificado el impacto económico del proceso de transformación digital, para concluir que tanto la contribución del impacto inducido, como el incremento de la renta disponible de los trabajadores podría aportar un total del 0,6% del PIB.

La organización empresarial estima que la digitalización de los sectores económicos pone a disposición de las empresas grandes capacidades de procesamiento a costes muy reducidos, lo que incentiva la sustitución de mano de obra de poco valor añadido por trabajadores con habilidades digitales que impulsan la productividad.

Por otro lado, dado que la creciente demanda de trabajadores con habilidades digitales no está acompañada de una expansión de la oferta, el incremento salarial se acentúa.

Este aumento de la renta disponible se da en todos los segmentos de mano de obra, suponiendo un incremento discreto (17%) en aquellos trabajos que requieren habilidades digitales básicas y más intenso (40%) en aquellos que requieren habilidades digitales avanzadas.

En este mismo sentido, Adigital argumenta que los salarios medios de los trabajadores se incrementan un 22% de media cada vez que se da un salto de madurez digital en un sector económico.

La digitalización en el sector logístico y de transporte

Por aterrizar el proceso de tranformación digital al sector de la logística y el transporte, la CEOE en su informe Plan Digital 2020: La Digitalización de la Sociedad Española señala algunos vectorespara profundizar en este camino.

Por ejemplo, se indica la expedición electrónica de los permisos de circulación, así como de las tarjetas de tacógrafo.

De igual modo, también se apuesta por el vehículo conectado y autonómo, como vertebrador de un nuevo sistema de movilidad inteligente.

Así mismo, también se aboga por impulsar una mayor trazabilidad en el transporte ferroviario,además de por impulsar el desarrollo de infraestructuras portuarias inteligentes que permitan facilitar el intercambio modal de mercancías con fluidez, reduciendo los trámites administrativos.

Por su parte, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana aboga en su Estrategia de Movilidad por desarrollar cadenas logísticas intermodales e inteligentes,como uno de sus ejes estratégicos.

En este ámbito, el Ministerio tiene el objetivos de potenciar la intermodalidad como elemento clave para aumentar la eficiencia, la competitividad y la fiabilidad del transporte de mercancías.

De igual manera, también se pretende priorizar el transporte de mercancías por ferrocarrilen las agendas públicas y privadas e impulsar la digitalización de la cadena logística, favoreciendo la integración e interoperabilidad de los distintos modos de transporte.

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