El mapa impositivo europeo en el sector del transporte por carretera

La Asociación del Transporte Internacional por carretera (Astic) ha elaborado un informe que pone de manifiesto el difícil momento que vive el sector, motivado sobre todo por las nuevas tasas impuestas por los países miembros de la UE y las ayudas de la comunidad europea al resto de medios de transporte.

31/07/2014 a las 2:53 h

transporte por carretera en Portugal

El análisis 'El mapa impositivo amenaza la vertebración económica de la UEse puede descargar en este enlace (documento disponible en formato pdf, de 9 páginas, 3,3 Mb).

El 80% de las mercancías que transitan por el territorio de la UE lo hacen por carretera, una cifra que refleja la importancia que este sector tiene en la economía de Europa, donde da empleo a más de seis millones de personas. 

Las medidas de la UE llevadas a cabo para impulsar el transporte en otros medios de transporte que se han considerado más sostenible, como el programa Marco Polo, han resultado ineficaces ante la falta de proyectos y la indisponibilidad de datos que permitan sostener el impulso de la sostenibilidad buscado, según un informe reciente del Tribunal de Cuentas Europeo.

Además, actualmente, más del 85% del transporte de mercancías por carretera se realiza a distancias de 150 km o menos, y menos del 1% se realiza a más de 1.000 km, por lo que es difícil encontrar una alternativa rentable, fiable y segura al transporte por carretera.

A pesar de la importancia del sector que se revela en estos datos, los gobiernos nacionales y la comunidad internacional, no llevan a cabo medidas que permitan impulsarlo, o al menos, mantenerlo.

Penalizado por los impuestos

El transporte por carretera representa el 2% del PIB europeo y transporta el 95% del valor de todas las mercancías. Por ello, resulta curioso las políticas proteccionistas que algunos estados miembros de la UE aplican contra el sector sin que la administraciones competentes europeas tomen medidas contra ello.

Basta con observar algunas medidas que se han ido aplicando recientemente como la 'euroviñeta', cuya imposición difiere mucho de un país a otro, y que se aplica en países como Alemania, Holanda y Portugal.

En Francia finalmente no se ha implantado la 'euroviñeta' ante las críticas del sector, pero a partir de 2015, se cobrarán 0,13 euros por cada kilómetro recorrido en una red que afecta 4.000 km de carreteras francesas, a través del nuevo 'peaje en tránsito'

Por otro lado, medidas discriminatorias como el cobro por el uso de las infraestructuras sólo a extranjeros, vigente en el Reino Unido desde abril de este año, o el 'céntimo sanitario' cobrado ilegalmente en España durante una década, son sólo algunos ejemplos de la tendencia existente en Europa a que los transportistas contribuyan no sólo con las altas cargas impositivas que ya tienen.

Riesgos del incremento impositivo

Además del riesgo que supone para el sector el incremento de los impuestos, el hecho de que estos se apliquen de manera proteccionista en los estados miembros de una Unión Europea que se fundamenta en el libre comercio entre los mismos, hace que se tambaleen los propios cimientos en los que se construyó la UE.

Amenaza para la economía

Las diferentes tasas que se están imponiendo conlleva que el coste de un transporte por las carreteras del viejo continente se incremente un 6% para el empresario, sin contar ni autopistas de peaje, ni el impuesto de hidrocarburos.

En el peor de los casos para la economía mundial, el precio del transporte podría dispararse, algo que parece difícil que ocurra, pero que, de ser así, repercutiría en los precios de las mercancías transportados, por ende en el consumo y con ello en la competitividad de la economía europea.

Soluciones de consenso

Las asociaciones de transportistas por carretera vienen defendiendo en reiteradas ocasiones, ante las nuevas normativas que impulsan el resto de medios de transporte, que se traten a todos los medios por igual.

Además, también señalan que el principio básico sobre el que se apoyan estas iniciativas no es del todo real, al considerar al transporte por carretera un medio contaminante y peligroso, olvidando a menudo los gobiernos que las nuevas tecnologías equipadas en los vehículos industriales han logrado reducir considerablemente las emisiones de CO2 de esta actividad. 

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