Ricardo Ochoa de Aspuru 220512 CDS

El papel del transporte en una Europa competitiva

Por su interés, reproducimos íntegro el discurso pronunciado por Siim Kallas, vicepresidente y comisario para el transporte, en el Centro de Estudios de Política Europea de Bruselas, en el que defiende el papel que el transporte debe de tener en la agenda política europea.
17/10/2011 a las 18:12 h

Señoras y señores,

Es un placer estar aquí con ustedes esta mañana. Me gustaría darles las gracias por darme esta oportunidad de hablar sobre los desafíos políticos para el transporte en los próximos años.

Si retrocedemos a finales de 1950, cuando Europa estaba estableciendo su política común, el transporte era considerado una pieza fundamentalpara el cumplimiento de tres de las libertades del futuro mercado común: la libre circulación de personas, bienes y servicios. Más tarde, cuando empezamos a avanzar hacia un mercado único europeo, el transporte fue señalado como un factor fundamental de crecimiento económico. Se hizo un enorme progreso.

30 años más tarde, parecía que nada más había que hacer. Los políticos y los ciudadanos llegaron a subestimar el papel del transporte. Y el dinero empezó a agotarse.

Vimos cómo las inversiones en el transporte terrestre entraban en una tendencia de disminución constante. Mientras que en 1975, se situaban en el 1,5% del PIB, en el 2008, habían alcanzado un mínimo histórico, por debajo de 0,8%.

Ahora, afortunadamente, el transporte ha recuperado su legítimo lugar en la agenda política de Europa como una de las fuentes principales de empleo y crecimiento. Estamos dando marcha atrás con algo de dinero.

Propuesta de financiación para el período 2014 - 2020

Echemos un vistazo a la financiación propuesta por la Comisión para el próximo ejercicio presupuestario de 2014 al 2020 - el fondo Connecting Europe Facility, que acelerará el desarrollo de infraestructuras de energía, transporte y tecnologías de la información, para fortalecer la columna vertebral del mercado interior.

El transporte debe ser uno de los grandes beneficiarios: 21,7 millones de euros, más otros 10 millones de euros para proyectos de transporte del Fondo de Cohesión. Aunque es sólo una parte de nuestra necesidad global de financiación, representa cuatro veces más dinero que el recibido ahora. Se confirma así la amplia aceptación política de la importancia del transporte en Europa.

Estamos poniendo dinero donde está claro el "valor añadido": mediante la creación de puestos de trabajo e impulsando el crecimiento económico basado en el uso más eficiente de los recursos. Esto también muestra el valor real del dinero de los contribuyentes de la Unión Europea.

El transporte es tan importante ahora para la economía europea y el mercado único como lo fue en la década de 1950. Nuestra industria del transporte emplea a alrededor de 10 millones de personas, que representan el 4,5% del empleo total en la Unión Europa y aproximadamente el mismo porcentaje del PIB.

Se trata de un sector en el que Europa sigue siendo un líder mundial, en un momento en que estamos perdiendo competitividad en otras áreas. Realmente puede presumir de algunos fabricantes de clase mundial:  Siemens y Alstom en trenes de alta velocidad, por ejemplo; Rolls-Royce en la fabricación de motores y Wärtsilä, que posee uno de cada tres barcos en el mar.

O en la industria aeronáutica europea: Airbus que construye el mayor avión de pasajeros del mundo, el A380, también conocido como "superjumbo". Apenas unos meses atrás, en el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París, Airbus arrasó con una oleada de nuevos pedidos por valor de miles de millones de euros. La lista de éxitos continúa.

Puntualidad, calidad y precio

Pero ¿cómo podemos medir la competitividad? En pocas palabras: por la puntualidad, calidad y precio de los servicios de transporte. No es una coincidencia que nuestra investigación muestre que estos son también los tres factores más importantes - y en ese orden, por cierto - para los pasajeros cuando se selecciona un modo de transporte.

La puntualidad es el más importante y es lo que la gente espera del transporte. Pero se ve muy afectada por el funcionamiento caótico de una red ferroviaria, por ejemplo, y en particular por la congestión.

La congestión es uno de los mayores problemas, especialmente en las carreteras y en el aire, que le cuesta a Europa alrededor del 1% de su PIB cada año. Muchas de nuestras ciudades tienen una gran cantidad de niebla tóxica y huelen mal y nuestros cielos están saturados, provocando grandes cantidades de carbono y otras emisiones no deseadas. Sobre los precios, el principal factor es el coste del combustible.

Somos muy dependientes de los combustibles fósiles, demasiado, cuando las importaciones proceden cada vez más de regiones inestables del mundo. Es probable que el petróleo empiece a escasear en los próximos años, pero la demanda sigue siendo fuerte y los mercados tan volátiles como siempre. Si el precio del petróleo sube un 30%, obviamente tendrá un gran impacto en la competitividad del transporte.

Innovación e inversión

Es por eso que están buscando innovadoras (y limpias) alternativas a los combustibles fósiles e invertir en investigación para desarrollar nuevas fuentes de energía. En los nuevos aviones ya se quema el 70% menos de combustible por asiento que en los primeros aviones. Con la ayuda de la investigación, podemos esperar más mejoras en la eficiencia del combustible en las próximas décadas.

Señoras y señores, no podemos subestimar el enorme papel que desempeña el transporte en una Europa competitiva. Pero corremos el riesgo de perder terreno frente a rivales globales, sobre todo con competidores de bajo coste que están dispuestos a innovar e invertir.

Nuestros operadores de transporte deben ser capaces de absorber los nuevos modelos de negocio que pueden haber sido creados por otros fuera de Europa. En el mundo de hoy de rápido movimiento, no podemos darnos el lujo de quedarnos atrás. Si perdemos nuestra ventaja competitiva global, entonces las empresas europeas dejarían de ser sostenibles.

Hay una serie de obstáculos que ponen en peligro la ventaja competitiva y nos impiden completar el mercado interior de transportes de la Unión Europea. Demasiadas líneas rojas, trámites largos de aduanas, demasiados "eslabones perdidos" en toda la red de transporte - por nombrar unos pocos. Incompatibilidades técnicas en los ferrocarriles nacionales, como los anchos de vía diferentes. Esto dificulta el crecimiento e impide el desarrollo de redes eficientes. También es una carga para la economía que no puede permitirse, especialmente durante esta crisis financiera.

Las tres "i": Innovación, Inversión e Infraestructura

Creo que con la política de transporte, estamos en una encrucijada y este no es momento para la complacencia. Lo que decidamos ahora va a afectar al sector en las próximas décadas. Tenemos que romper estas barreras y mantener la competitividad europea en el mercado mundial. Así que necesitamos sistemas competentes de transporte - para el crecimiento económico, la creación de empleo y por la calidad de vida de las personas. ¿Cómo lo hacemos? Yo diría, vamos a centrarnos en "tres I": la innovación, la inversión y la infraestructura. Estas áreas son cruciales si queremos lograr nuestro objetivo de completar el mercado interior. Estoy feliz de decir que estamos avanzando en las tres.

La innovación es vital. Necesitamos desarrollar soluciones inteligentes para hacer un mejor uso de la infraestructura existente y para asegurarnos de que las conexiones entre los diferentes modos de transporte no tienen costuras. La tecnología inteligente hará que el transporte sea más limpio, más seguro y eficiente.

Como ya he dicho, estamos viendo el desarrollo de nuevas tecnologías ecológicas y de los combustibles alternativos para ayudar a reducir la huella de carbono del transporte. Esta es otra gran prioridad, que estamos apoyando al financiar la investigación y el desarrollo para mantener la competitividad de Europa. El transporte por carretera es un ejemplo sencillo donde la tecnología innovadora puede ayudar a los conductores a reducir el consumo de combustible, dirigirle a las plazas de aparcamiento disponibles, evitar los atascos de tráfico y colisiones.

En el otro extremo de la escala, en aviación tenemos el proyecto SESAR (Single European Sky ATM Research), que representa la dimensión tecnológica hacia un cielo único europeo. Como SESAR se mueve hacia el despliegue, debería triplicar la capacidad y aumentar la seguridad en un factor de diez. También reducirá las emisiones de carbono en un 10% por cada vuelo y reducirá los costes de gestión del tráfico aéreo en un 50%.

En cuanto a la inversión, ya he mencionado el fondo Connecting Europe Facility, que dará al transporte una muy necesitada inyección de dinero. Que, a su vez, debe generar una financiación más mayor de los Estados miembros y el sector privado.

Naturalmente, para la infraestructura, la financiación es de suma importancia. Necesitamos una inversión fuerte, especialmente desde el sector privado, para aliviar la congestión, eliminar embotellamientos y unir mejor los diferentes modos de transporte.

Demanda de movilidad en crecimiento

Sabemos que la demanda de movilidad continuará creciendo en el futuro previsible. Al mismo tiempo, algunas partes de nuestras infraestructuras de transporte están empezando a crujir con la edad y se están acercando a los límites de capacidad. Aquí es donde tenemos que invertir, para unir a los eslabones perdidos de nuestro sistema de transporte y asegurar que se mantenga una alta calidad.

Por el momento, la infraestructura de transporte está desigualmente desarrollada. Así por ejemplo en la Europa del Este hay malas carreteras y líneas ferroviarias. Hay menos de 5.000 km de autopistas y ningún propósito por construir enlaces de alta velocidad ferroviaria en los nuevos Estados miembros.

Aquí es donde la Red Transeuropea de Transporte, o RTE-T, entra en juego. Este largo y ambicioso proyecto ha logrado algunos éxitos notables: por ejemplo el puente de Öresund entre Malmö y Copenhague, la carretera combinada con ferrocarril más larga de Europa. RTE-T es un gran ejemplo del valor que la UE aporta a sus ciudadanos. Cada millón de euros que invertimos en la RTE-T a nivel europeo genera cinco millones de euros en inversiones de los Estados miembros, y cada millón genera 20 millones de euros del sector privado.

Política europea de transporte

Pero la red de hoy en día sigue siendo un mosaico de piezas nacionales, por muchas de las razones que he mencionado antes, y eso es un problema que estamos tratando en nuestra revisión de la política de la RTE-T. Ahora tenemos que mejorar, actualizar y completar nuestra infraestructura de transporte, como lo he descrito en la Hoja de Ruta, para una zona europea de transporte único. Si podemos lograrlo, tendrá un impacto positivo muy significativo sobre el crecimiento económico y nos mantendrá todavía competitivos. También nos lleva más cerca para completar el mercado interior europeo.

Esto nos recuerda la idea original de todos esos años de crear una política común de transportes en Europa:

• para poner en marcha la infraestructura y las interconexiones necesarias para apoyar el mercado interior

•  para garantizar la libre circulación de personas, bienes y servicios

•  para ayudar a crear empleo, impulsar el crecimiento económico y mantener la competitividad europea en el mercado global.

El mercado interior no puede funcionar con la máxima eficacia, sin acceso a una infraestructura de transporte de alta calidad para las personas y los negocios. Así es como nos mantenemos eficientes, competitivos y, esperemos, prósperos.

Gracias por su atención.

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