El precio del gasóleo ha descendido en España durante la tercera semana de octubre, en concreto un 1,4% con respecto a la semana anterior, con lo que se establece en la media de los surtidores españoles a 1,062 euros.
El gasóleo recupera así una racha descendente mantenida durante las últimas semanas que, no obstante, se vio interrumpida en la anterior por un incremento del 0,6%. Ahora, el precio del gasóleo es un 3,6% inferior al registrado en enero y un 18,2% más barato que el de la misma semana de 2014.
Por su parte, la gasolina ha experimentado también un descenso del 1,4%, en el precio medio de los surtidores españoles durante la última semana, hasta situarse en 1,165 euros, precio un 1,3% superior al de principios de año pero un 16,3% inferior al registrado en la misma semana del ejercicio anterior.
El descenso de los precios de los carburantes en España se produce en un momento en el que el Barril de Brent, de referencia en Europa, parece haberse estabilizado entre los 48 y 50 dólares, cotizando actualmente a 48 dólares, uno menos que hace una semana.
Precios en Europa
El precio de los carburantes sigue siendo menor en España con respecto a la media de la UE, donde el precio de venta al público del litro de gasóleo se sitúa en 1,174 euros y en 1,136 euros en la zona euro. Por su parte, el litro de gasolina alcanza los 1,330 euros de media en la UE de los 28 y los 1,332 euros en la eurozona.
Así, el precio del gasóleo también ha descendido en la mayor parte de los países miembros de la UE durante esta última semana. El país europeo con el menor precio en el gasóleo de automoción es Luxemburgo, con 0,959 euros por litro, mientras que el gasóleo más caro se encuentra en el Reino Unido, a 1,519 euros.
En otros países próximos también es mayor el precio de este carburante con respecto a España, es el caso de Alemania, con 1,100 euros, Italia, con 1,350 euros, Francia, con 1,105 euros, y Portugal, en 1,151 euros.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal.