El puerto de Gijón reclama un armonización europea de la regulación sobre operaciones de bunkering

La presidenta del puerto gijonés, Rosa Aza presentó este martes el proyecto Blue Change en Madrid para analizar cómo se preparan los puertos para abastecer de combustibles libres de azufre o gas natural a los buques.

20/11/2013 a las 13:08 h

jornada BlueChange del puerto de Gijón en Madrid

Es necesario disponer de una armonización en el ámbito europeo de la regulación en las operaciones de bunkering para el suministro de Gas Natural Licuado (GNL) en los puertos. Así lo ha reclamado la presidenta del puerto de Gijón, Rosa Aza, durante la presentación del proyecto este martes en Madrid del proyecto Blue Change.

Este proyecto está desarrollado en el marco de la Red Transeuropea de Transporte con el objetivo de realizar los estudios necesarios para evaluar las posibilidades que ofrece el uso del Gas Natural Licuado, como combustible para atenuar el impacto medioambiental del transporte marítimo, mitigar los efectos de esta actividad sobre el cambio climático y disminuir los efectos del transporte en el marco de los corredores que promueve la política europea.

Además, Rosa Aza también valora como muy positivo la constitución de clúster locales o regionales de suministradores de GNL para la plena implantación de la actividad del bunkering en los puertos españoles.

El proyecto Blue Change está liderado por el puerto de Gijón y cuenta con la participación de Cepsa, la naviera Suardiaz y la Universidad Politécnica de Madrid. Cuenta con una inversión de 2,3 millones de euros, financiados al 50% por la UE y los socios que lo integran. Además, de analizar qué infraestructuras son necesarias para que un puerto como Gijón pueda ofrecer GNL a los buques, también se pretender analizar qué modelo de negocio es necesario para su éxito.

La responsable del puerto de Gijón volvió a reconocer en la presentación que uno de los problemas a lo que se enfrenta este combustible alternativo es su poca disponibilidad de suministro o la fuerte inversión que requiere por parte de armadores y puertos para adaptar sus infraestructuras.

La mitad de emisiones

Rosa Aza recuerda que a partir de 2015 las restricciones en las emisiones de partícula, óxido de azufre, carbono y nitrógeno se incrementarán notablemente. En estos momentos, las zonas ECA, que integran el mar del Norte y el Báltico, ya cuentan con restricciones muy fuertes en estos aspectos para la navegación marítima y se ampliarán en breve al Mediterráneo y Atlántico.

El objetivo es que en 2020 las emisiones de CO2 sean un 20% inferiores a las actuales, mientras que las emisiones de óxidos de azufre tienen que ser en el transporte marítimo la mitad con carácter global, no solo ya en las zonas ECAs.

Ante esta situación, la pregunta que lanza la presidenta del puerto de Gijón es, cómo se preparan los puertos para abastecer de combustibles libres de azufre o gas natural a los buques, que cumple con todas las restricciones ambientales actuales y futuras.

Reto para los países del Sur de Europa

En su opinión, los países del sur tienen que tomarse en serio los retos del suministro de GNL a los barcos, como lo están haciendo los puertos del norte de Europa, donde ya es posible abastecer buques con este combustible.

Mientras, en el área mediterránea central y oriental y en la atlántica no es posible a las navieras abastecerse de GNL. Por ello, el objetivo de Aza es hacer de Gijón el puerto de referencia en el atlántico para suministrar gas natural, dado que presenta una características muy destacadas por ubicación estratégica y por contar con una nueva planta de gas con una gran capacidad de regasificación y suministro para operaciones de bunkering. Además, el Musel está bien situado con tráficos hacia las actuales zonas ECAs.

Las conclusiones de Blue Change sobre qué falta en Gijón para competir internacionalmente deben estar listas a mediados de 2014, aunque Aza reconoce que materializarlas llevará algún tiempo más dado que es un proceso costoso, tanto para las administraciones como para las navieras, que deben adaptar la motorización de sus flotas al gas natural licuado.

En cualquier caso, el objetivo final es hacer del corredor Atlántico una infraestructura marítima de alta capacidad y sostenible.

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