El tráfico de contenedores no ha parado de bajar en La Luz desde agosto de 2012, cuando se registraron 65.772 contenedores. Sin embargo, en los últimos meses de 2013 el volumen de contenedores no ha llegado a los 50.000, según ha publicado el diario La Provincia.
En el puerto de la capital grancanaria, en los dos últimos años, la caída en lo que atañe al movimiento de transbordos ronda el 17%, en una estadística de disminución continuada durante más de un año y medio.
Como consecuencia de la bajada de los tráficos, la Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep), gestora de la estiba, ha planteado una reducción de un 20% de los salarios a una plantilla de 500 trabajadores, bajo el argumento de aumentar la competitividad y el atractivo de La Luz ante las navieras. Pero la estructura salarial de los estibadores no ha sido el único problema padecido.
La propia Sagep mantiene un balance negativo de 15,6 millones de euros, de la deuda histórica de la antigua Sestiba por los turnos de trabajo que se pasaron a los socios.
Además, la pugna en el puerto de las Palmas es importante por acaparar lo que queda de negocio. Opcsa impulsó una ampliación de capital de 7 millones de euros para hacer frente a los problemas de tesorería, con el apoyo de un nuevo socio, Gramelcan.
La Luz es la tercera estibadora en la Sagep, de la que ha salido La Luz Market, que se ha opuesto a las últimas medidas. Las compañías, además, mantienen vivo un pleito sobre la privatización de la antigua Sestiba, en 2011.
Mientras, el puerto reclama más de dos millones de euros de un préstamo concedido a la Sagep para su saneamiento, en el que la Administración ejerce de avalista y en el que ha tenido que hacer frente a las últimas facturas, ante la imposibilidad de asumir los vencimientos por parte de la entidad privada.
Por otro lado, las estibadoras pagan 0,80 euros por tonelada de mercancía que se mueve, en la denominada Tarifa Máxima Empresarial, que concede a la gestora más de dos millones de euros año. Con una mitad, se subvenciona el transbordo, y con la otra, la deuda histórica por los turnos de trabajo.