El puerto tiene previsto otorgar ayudas a los propietarios de buques y operadores que utilicen combustibles bajos en carbono.
La Autoridad Portuaria de Rotterdam ha pedido al gobierno holandés que forme una coalición con otros países del noroeste de Europa para comenzar a aplicar un nuevo impuesto sobre el carbono, que estimule las inversiones en energías limpias y en innovación.
La decisión llega tras conocerse que otorgará ayudas por valor de cinco millones de eurosen total a los propietarios de buques o a los operadores que estén dispuestos a probar combustibles bajos en carbono o en los que se haya eliminado por completo.
Un precio de entre 50 y 70 euros por tonelada de CO2 impulsará a las compañías a invertir en soluciones necesarias para alcanzar los objetivos fijados por el Acuerdo de París. Sin embargo, la aplicación de cualquier tasa funcionará únicamente si otros países más allá de Holanda incorporan el mismo sistema.
Como país de tránsito, está muy vinculado a los que se encuentran a su alrededor, de modo que una coalición garantizará resultados para la industria. Por ello, el puerto ha encargado una investigación a Instituto Wuppertal sobre su huella de carbono, según el cual el transporte marítimo e interior con Rotterdam como destino o punto de partida es responsable de la emisión de 25 millones de toneladas de CO2 al año.
De ellas, la mayoría pueden atribuirse al transporte marítimo. Para adaptarse a lo que establece el Acuerdo de París, las emisiones tendrían que reducirse en un 95% para el año 2050, mediante medidas de eficiencia energética y la utilización de nuevos combustibles menos contaminantes.
En las próximas décadas, el Gas Natural Licuado y el biofuel facilitarán la transición, pero para lograr el objetivo final es necesaria la electrificación o la propulsión mediante hidrógeno, así como el uso de combustibles sintéticos, tales como el metanol.