Carlos Tur, director de Jaggaer para España y Portugal

El retail sufre: ¿hay una ‘cura’ digital?

Los mayores riesgos ocurren cuando un solo proveedor es el único responsable de un componente o producto terminado.
26/05/2022 a las 11:16 h

La imagen de los estantes vacíos en los supermercados que observamos últimamente nos recuerda a aquella de hace dos años, cuando se volvió prácticamente imposible encontrar papel higiénico como resultado del pánico que ocasionó la pandemia del coronavirus. A los clientes rara vez les importa por qué las tiendas están desabastecidas o por qué el producto que quieren comprar no está disponible. Por lo general, la causa no tiene relación aparente con la necesidad del cliente.

Pero al igual que el sector retail debe comprender los hábitos de compra del consumidor para predecir con precisión la demanda, es igualmente importante que se compren productos de manera eficiente a los proveedores y se tengan planes de contingencia en caso de interrupciones en las cadenas de suministro.

El departamento de compras del sector retail cuenta con una casuística propia que lo diferencia de otros sectores que también adquieren bienes y servicios directos e indirectos. Esto presenta a los profesionales de las compras algunos desafíos únicos. En parte, es la mentalidad que existe en los escalones superiores de la gestión del retail, lo que puede ser una fuente de frustración para los profesionales de compras.

Los supermercados, en particular, son un negocio de muy alto volumen y muy bajo margen. Cuando los responsables de compras solicitan una inversión, deben mostrar un retorno de la inversión (ROI) muy convincente. Los gerentes pueden comprender totalmente los beneficios que la automatización de las compras brindaría en términos de una mejor visibilidad sobre dónde se gasta el dinero, pero, sin embargo, no tienen ese apoyo tan necesario por parte del equipo directivo.

Las cadenas de suministro forman una estructura compleja, con contratistas principales y varios subcontratistas a menudo involucrados. Las empresas deben poder vigilar el riesgo y la calidad de toda la cadena, informar a los auditores internos y demostrar el cumplimiento a los reguladores externos.

Previo a que un bien de consumo llegue al punto de venta, ya habrá pasado por varios niveles antes de que esté listo para ser enviado. Cada proveedor tiene el desafío de cumplir con los plazos; de lo contrario, se produce un efecto dominó que se extenderá por el resto de la cadena de valor. En algunos casos, esto causa una interrupción extrema o un colapso total.

Las entregas con demora de materiales o componentes por parte de un proveedor son una de las principales causas de los retrasos en la producción, pero también lo son las disrupciones en el lugar de trabajo, las averías de plantas y maquinaría. Incluso, en algunos casos, los proveedores podrían dar prioridad a contratos más lucrativos.

Los mayores riesgos ocurren cuando un solo proveedor es el único responsable de un componente o producto terminado. Por lo tanto, es vital para los minoristas asegurarse de tener visibilidad e intentar involucrar a varios proveedores. Para muchos, es un proceso muy costoso debido a la gran cantidad de sistemas que utilizan en sus operaciones (e-commerce, fidelidad del cliente, punto de venta, etc.), lo que genera una visión fragmentada de las diferentes partes de la cadena de suministro. Para solucionar este problema los datos deben consolidarse en un solo repositorio.

Según McKinsey, el riesgo de interrupción ha aumentado a medida que las cadenas de suministro se han optimizado para la eficiencia en lugar de para la capacidad de recuperación. El impulso hacia la eficiencia y la mayor complejidad resultante han aumentado la vulnerabilidad ante las interrupciones.

Brechas en la experiencia multicanal

Los efectos de la crisis han expuesto las brechas en la capacidad de los minoristas de ofrecer una experiencia de cliente multicanal, entre otras. El ciclo de compra ha dejado de ser lineal y los minoristas se han visto obligados a reequilibrar las cadenas de suministro, que se habían fragmentado.

La crisis también ha acelerado otras tendencias que ya estaban en curso y que están afectando a las compras, por ejemplo, el aumento de las compras online ha dado un nuevo impulso a la personalización masiva.

En consecuencia, muchas organizaciones están rezagadas en materia de compras y negociación. ¿Qué supone esto para la transformación digital de las compras en el sector? Depende en gran medida de la empresa individual y su nivel de madurez, su escala y el subsector específico en el que se encuentre.

Es muy importante que los líderes de compras piensen en las necesidades únicas del negocio y en su negocio en particular. Es un error intentar forzar cosas que no van a funcionar en su entorno y que no obtendrán el apoyo de los principales responsables de la toma de decisiones.

Por supuesto, si observamos los canales de compra en la mayoría de las organizaciones del sector, encontraremos una larga cola de gasto, con la oportunidad de hacer algunas tareas básicas de optimización como, por ejemplo, la compra a partir de catálogos electrónicos. Y, en una segunda fase, centrarse en la mejora de las compras más estratégicas.

En resumen, los líderes de compras del retail deben elegir su próximo proyecto de automatización construyendo un caso de negocio claro.

 

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