El sector del transporte marítimo sabrá gestionar las nuevas entregas para evitar la sobrecapacidad

El pronóstico de crecimiento de la oferta es más bajo que el de la demanda, y aunque seguirá habiendo un exceso de oferta, la situación no será tan catastrófica y mostrará signos de mejora.

23/04/2018 a las 20:58 h

Las predicciones sobre el crecimiento de la flota de portacontenedores a menudo resultan difíciles, ya que la cartera de pedidos está constantemente evolucionando, al mismo tiempo que deben tenerse en cuenta las posibles demoliciones y cancelaciones. Además, a menudo la fecha prevista de entrega de un buque no se cumple.

Según las opiniones vertidas por los expertos hasta el momento, 2018 podría traer todo un tsunami de nueva capacidad que eche por tierra la incipiente recuperación del mercado, mientras que otros, como la consultora Drewry, creen que las nuevas entregas podrán ser manejadas adecuadamente por los operadores.

Los primeros pedidos a entregar durante este ejercicio se hicieron a principios de 2014 y desde entonces, la cifra ha ido aumentando. El mayor pico se registró en octubre de 2017, cuando las entregas previstas sumaban casi 1,8 millones de TEUs de capacidad, con lo que la oferta superaría a la demanda.

Sin embargo, la cartera de pedidos ha sufrido algunos cambios que han tenido un efecto positivo en el equilibrio entre la oferta y la demanda. Aunque la suma total prevista para 2022 no ha variado demasiado, las navieras retrasan cada año algunas de las entregas.

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Esto supone que desde el 1 de enero de 2018, las que estaban previstas para el ejercicio se han reducido en unos 150.000 TEUs, hasta situarse en 1,46 millones de TEUs. Teniendo en cuenta lo sucedido en el primer trimestre, desde Drewry esperan que finalmente las entregas anuales se sitúen entre el millón y los 1,2 millones de TEUs de capacidad.

Las predicciones indican que las entregas anuales serán muy similares a las de 2016 y 2017, que marcaron un claro descenso respecto a los seis años anteriores. El pronóstico de crecimiento de la oferta es más bajo que el de la demanda, y aunque seguirá habiendo un exceso de oferta, la situación no será tan catastrófica y mostrará signos de mejora.

No se prevén demasiadas entregas a partir de 2020

El escenario será, por tanto, mejor para el mercado del transporte marítimo aunque el número creciente de pedidos de mega-portacontenedores de 18.000 TEUs o incluso más seguirá siendo motivo de preocupación. Las entregas de este tipo de embarcaciones, solamente suponían un 5% del total en 2013, pero han crecido hasta más del 30% en 2017.

De cara al futuro, es preciso tener en cuenta que la reducción del número de pedidos de nueva construcción entre 2016 y 2017 implica que no se prevén demasiadas entregas para después de 2019 y la mayoría de las que se esperan corresponden a pedidos que han sido aplazados en años anteriores.

En este contexto, existe una clara necesidad de adquirir buques para más allá de 2020 si la industria quiere satisfacer el crecimiento de la demanda. Si no se registran nuevos pedidos en los próximos años, el balance entre oferta y demanda se disparará a un nivel de 108 en 2022, teniendo en cuenta que 100 equivale al equilibrio total.

En cualquier caso, es prácticamente imposible que eso suceda y desde Drewry estiman que los nuevos pedidos se adecuarán a las necesidades, teniendo en cuenta las actuales limitaciones financieras y una nueva disciplina en cuanto al gasto de capital, aunque la situación podría ser diferente para las navieras respaldadas por el Estado.

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