Hasta mayo, el tráfico ha crecido un 25% en la R-5 entre Madrid y Navalcarnero.
En los cinco primeros meses de 2017, el tráfico de las autopistas de peaje ha crecido un 7,2%, con una media de 17.263 vehículos diarios, según datos oficiales del Ministerio de Fomento. De esta forma, la red española mantiene la tendencia al alza, tras cerrar 2016 con un aumento del 5,68% y encadenando tres ejercicios con incrementos.
En mayo, el tráfico ha avanzado un 4,3%, tras dispararse un 28,8% en abril, con motivo de la Semana Santa. No obstante, algunas autopistas han superado ampliamente la media, como las vías en quiebra y en riesgo de liquidación, que han disparado hasta un 25% el número de usuarios.
En el resto de autopistas, el incremento del tráfico oscila entre el 4,1% de la AP-9 entre Ferrol y la frontera portuguesa, con unos 21.607 vehículos al día, y el del 10,7% de la AP-71 entre León y Astorga, con 4.088 usuarios.
En términos absolutos, son distintos tramos de la AP-7, gestionada por Abertis, los que más vehículos contabilizan, como el trazado entre los municipios barceloneses de Montmeló y El Papiol ha registrado una media de 112.268 vehículos diarios entre enero y mayo, lo que supone un incremento del 4,7%.
Crecimiento de las autopistas en quiebra
Respecto a las vías en quiebra, la R-5 entre Madrid y la localidad de Navalcarnero es la que más ha crecido en los cinco primeros meses, con un 25%, por delante de la R-4 entre Madrid y el municipio toledano de Ocaña, que ha repuntado un 17%.
En este sentido, la M-12 entre la capital con el aeropuerto de Barajas, es la que suma más usuarios en términos absolutos de entre las que se encuentran en liquidación, con una media de 20.996 vehículos diarios, aunque su crecimiento se limita al 3,3%, por debajo de la media.
En el lado opuesto, la vía con problemas de viabilidad que menor número de usuarios es la AP-41 entre Madrid y Toledo, con 971 vehículos de media al día en los cinco primeros meses.
En la actualidad, los planes de Fomento pasan por asumir la gestión de las nueve autopistas en quiebra tras su liquidación para posteriormente volver a sacarlas a concurso y ceder su explotación a empresas privadas.