Un estudio europeo crítica la "indulgencia" de la Comisión hacía los sectores de la automoción y la aviación a la hora de reducir las emisiones.
Las políticas vigentes de la Comisión Europea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del sector transporte carecen de ambición suficiente.
Además, existe un desacuerdo interno en la propia administración comunitaria sobre quién es el responsable de la elaboración de estas estrategias, mientras que tampoco existen datos suficientes para saber si la Unión Europea está en el camino de cumplir los objetivos que se han marcado.
Así lo revela una investigación realizado por las universidades inglesas de Surrey y 'Buckinghamshire New University' y la universidad sueca de Linnaeus, publicada en 'Journal of Transport Geography'.
Según esta investigación, los procesos de las políticas actuales de la Comisión Europea están teniendo un efecto perjudicial a la hora de lograr reducir las emisiones en un 20% en 2020 y un 40% en 2030frente a los niveles de 1990, como se ha propuesto en el seno de la Unión Europea.
De acuerdo con las universidades, algunos responsables de estas políticas favorecen los objetivos económicos por encima de los ambientales, y sus propias experiencias profesionales en la industria están creando un sesgoal servicio de los intereses de los grupos de presión de la industria. En particular, considera injusta la indulgencia hacia las industrias de la aviación y del automóvil.
Los miembros de la Comisión entrevistados en el estudio tienen puestas sus esperanzas en nuevas tecnologías 'bala de plata' para ayudar a reducir las emisiones. En términos generales, entienden que se necesita un mayor liderazgo en la mitigación del cambio climático para el sector del transporte en los más altos niveles dentro y entre las direcciones generales.