El Gobierno francés espera aumentar las unidades a 26 a largo plazo.
Las autoridades francesas han puesto en funcionamiento los primeros cinco radares para el control de velocidad en las carreteras galas operados en coches privados y no en vehículos oficiales de la policía, con el fin de hacer que los controles de tráfico sean cada vez más difíciles de detectar para los usuarios de la vía.
Estas primeras unidades operarán en la región de Normandía, aunque el plan es el de alcanzar un total de 26 unidades implantadas a largo plazo, como informa Guitrans en un comunicado emitido la semana pasada.
Con estos nuevos vehículos, las autoridades consiguen que los controles de velocidad pasen más desapercibidos que si los realiza cualquier vehículo de policía y permite destinar los efectivos de los cuerpos de seguridad en carretera a labores de prevención, investigación e intervención ante cualquier eventualidad que se pueda dar en la ruta.
Para realizar estos controles, el Gobierno ha contado con vehículos homologados que al ir camuflados serán completamente indetectables, ya que el cinemómetro resultará muy poco visible y en el interior solo irá el conductor, sin uniforme ni chaleco reflectante.
De igual modo, las unidades ralizarán los controles e impondrán multas en movimiento en circuitos con itinerarios fijados por la Administración y guiados por un GPS que incorporará, además, las velocidades máximas de cada vía de manera automática.