La congestión en las ciudades, el reto de la logística urbana

La expansión acelerada de las ciudades ha agravado la congestión urbana, un hecho que impide que se realicen las entregas en el momento adecuado y que supone "un gran reto" para la logística urbana, según DHL.

01/12/2014 a las 2:11 h

Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas, una cifra que podría seguir creciendo ya que el Departamento de las Naciones Unidas para los Asuntos Económicos y Sociales prevé que, para 2050, el 66% de la población mundial viva en zonas urbanas, según se recoge en el artículo de DHL Supply Chain sobre el desarrollo de la logística urbana.

En concreto, el mayor crecimiento se producirá en las economías emergentes, en las que se espera que alrededor de 440 ciudades reúnan casi la mitad del producto interior bruto mundial entre 2010 y 2025, de acuerdo con el informe de McKinsey Global Institute 'Ciudades y aumento de la clase consumidora'.

Sin embargo, esta expansión acelerada ha agravado la congestión urbana. En las 'metaciudades', extensas áreas metropolitanas con poblaciones superiores a los 20 millones, como Ciudad de México o Mumbai; en 'megaciudades' con poblaciones de 10 millones o más, como Yakarta o São Paulo; e incluso en ciudades más pequeñas, como Austin, en Texas, donde la población y el crecimiento económico han superado la capacidad de sus infraestructura, la historia es la misma, la congestión aumenta y cada vez podría ser peor, según señala el operador logístico.

Los cargadores, proveedores de logística a terceros y las empresas de transporte están colaborando para desarrollar soluciones que les permitan mantener los niveles de servicio y la productividad en estas zonas urbanas congestionadas.

Pero esta situación también tiene implicaciones sociales, ya que, si la congestión impide realizar entregas en el momento en el que se necesiten, podrían retrasarse el suministro de alimentos o medicamentos. Así, DHL asegura que se está ante "un gran reto" en el, sin embargo, "tanto los sectores, ya sean públicos o privados, pueden hacer mucho".

La construcción de más infraestructuras

En este sentido, el operador apunta a tres posibles respuestas al problema de la cogestión. En primer lugar, la mejora de las infraestructuras de transporte. Se prevé que algunas ciudades de la India necesitarán gastar alrededor de 1.200 millones de dólares, ocho veces más del actual gasto en infraestructuras, para mantener cubiertas las demandas de la creciente población.

Por ello, dos de las ciudades más congestionadas del mundo están tomando medidas para mejorar sus infraestructuras de transporte. Para reducir la cantidad de tráfico que entra en la ciudad, Pekín ha construido seis autopistas de circunvalación alrededor de la ciudad. A principios de este año, el gobierno municipal ha anunciado sus planes para construir una séptima.

Esta autopista se espera abrir en el 2017 y tendrá una extensión de 940 kilómetros, llegando mucho más allá de los límites de la población, alcanzando las ciudades de Tianjin y Shijiazhuang, capital de la provincia de Hebei. Los defensores dicen que la nueva carretera desviaría el tráfico de camiones fuera de Pekín y reduciría los tiempos de viaje a Tianjin y a la provincia de Hebei a la mitad.

En Ciudad de México, el gobierno local ha combinado las restricciones a la circulación de camiones y a las horas de distribución con mejoras en las infraestructuras. Al igual que Pekín, la Ciudad de México ha construido carreteras de circunvalación que canalizan el tráfico de coches y camiones del centro de la ciudad.

De manera paralela, se han construido carreteras con peajes donde el tráfico se mueve más rápidamente, lo que permite traspasar tráfico a estas vías procedente de las autopistas congestionadas. Además, para mejorar el flujo del tráfico y reducir la congestión, la ciudad ha vuelto a poner los carriles exclusivos para los autobuses públicos en el centro de algunas de sus avenidas más transitadas y ha prohibido a los proveedores de transporte privados, como los populares microbuses 'pesero', que viajen por esas calles.

Combinar la carga para clientes comunes

'Co-cargar', o compartir vehículos de transporte para la entrega a clientes comunes, es una práctica cada vez más popular como una forma de mitigar la congestión y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al tiempo que se reducen los costes de transporte.

A este respecto, Europa está a la vanguardia, al ser una medida impulsada por los gobiernos y favorecida por organizaciones público-privadas como 'Collaboration Concepts for Co-modality', CO3, y el grupo europeo de usuarios y proveedores de logística Elupeg. Ambos grupos, sin fines de lucro, han desarrollado un marco para la colaboración intersectorial entre los fabricantes, minoristas y empresas de logística a terceros.

CO3, que fue lanzada con una subvención de la Comisión Europea, completó su proyecto piloto de tres años en agosto de 2014. La organización mostró a varias empresas la viabilidad operativa y económica del 'co-carga' o 'carpooling de carga'. Por su parte, Elupeg, fundada en 2002, promueve la colaboración logística a través de las cadenas de suministro, reuniendo a empresas, sin importar si son o no competencia, para que compartan centros y actividades de almacenaje, transporte y distribución.

El desarrollo de 'clústers' de logística

Los gobiernos locales y regionales apoyan el concepto de 'clústers logísticos', zonas geográficas dedicadas a la logística y sus actividades como son los de Zaragoza, en España; Memphis en Tennessee; o Singapur. La agrupación de muchos operadores de logística en un área hace que las operaciones de transporte y logística sean más eficiente.

Los clústers logísticos suelen estar situados cerca de núcleos urbanos y cuentan con una amplia gama de servicios de transporte y logística, almacenes y centros de distribución, y cercanas infraestructuras de transporte, incluyendo carreteras, puertos, aeropuertos y líneas de ferrocarril. Estas áreas pueden ser muy atractivas para las empresas que utilizan o suministran servicios de logística, en gran parte debido a las oportunidades de compartir servicios e instalaciones, según DHL.

Ya sea público o privado, cualquier esfuerzo para mitigar la congestión urbana "deben ser proyectos a largo plazo". Así, su objetivo tiene que ser el de mitigar el coste y el impacto social de la congestión, "no sólo ahora, sino también en el futuro".

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