La demanda de transporte de mercancías por carretera en el mercado ibérico se ha comportado positivamente en 2016, prolongando la tendencia observada en el bienio 2014-2015, en un contexto económico favorable, según el Observatorio Sectorial DBK.
La facturación global del sector ha registrado en 2015 un incremento del 1,7%, situándose en 16.120 millones de euros. El volumen de negocio en el mercado español ha aumentado un 1,9%, hasta los 13.450 millones de euros, mientras que en Portugal la tasa de variación se ha situado en el 0,8%, cifrándose el valor de este mercado en 2.670 millones de euros.
En este contexto, destaca el dinamismo de la demanda asociada al transporte internacional, especialmente en España, donde las operaciones de transporte con origen o destino en el extranjero han generado unos ingresos para las empresas del sector de 2.845 millones de euros, con un crecimiento del 6,4% respecto a 2014, mientras que en Portugal ha aportado 1.345 millones de euros, un 1,1% más.
La mejora de la actividad industrial y empresarial y la positiva evolución del comercio exterior en ambos países han continuado impulsando la actividad del sector en 2016. Para el cierre de este ejercicio se estima una cifra de negocio de 16.460 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 2,1% respecto a 2015.
El abaratamiento de los carburantes, por su parte, ha suavizado la presión sobre los márgenes provocada por la fuerte competencia en precio, lo que está favoreciendo una mejora de los indicadores de rentabilidad.
El sector está compuesto por un elevado número de empresas de pequeño tamaño, lo que determina una notable atomización de la oferta.
En 2015 operaban alrededor de 111.300 empresas, de las cuales unas 103.600 se ubicaban en España y en torno a 7.700 en Portugal. El parque de vehículos de transporte público de mercancías, por su parte, ha experimentado un crecimiento en dicho ejercicio, contabilizándose en el conjunto del mercado ibérico un total de 345.178 unidades (excluyendo en Portugal los vehículos ligeros).
En ambos países se registra un reducido tamaño medio de las flotas, situado en unos tres vehículos por empresa. La atomización de la oferta también se refleja en las cuotas de mercado de los principales operadores, de forma que los cinco primeros del conjunto del mercado ibérico concentran en 2015 únicamente el 11% del volumen de negocio total, mientras que la cuota conjunta de los diez primeros se sitúa en el 17,5%.