El hecho de plantear un objetivo adicional en 2025 "no deja apenas espacio para hacer los ajustes técnicos y de diseño en los vehículos".
Tras valorar la propuesta realizada por la Comisión Europea para el futuro paquete de movilidad, desde la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, Acea, consideran positivo que los nuevos objetivos de reducción de CO2 se hayan fijado para 2030, lo que resulta coherente con las fechas acordadas en la Cumbre del Clima y la Energía.
Sin embargo, entienden que el hecho de plantear un objetivo adicional en 2025, solamente unos años después de los que deben alcanzarse en 2021, "no deja apenas espacio para hacer los necesarios ajustes técnicos y de diseño en los vehículos", en particular en las furgonetas, cuyo ciclo de fabricación es más largo.
La reducción del 30% de las emisiones propuesta desde Bruselas también supone un gran desafío, ya que está por encima de lo establecido en el Acuerdo del Clima y la Energía y la evaluación que se realizó en 2016. En este contexto, la industria europea de la automoción considera que una reducción del 20% para 2030 tendría un coste elevado, pero más aceptable.
Mayor inversión en infraestructuras
La propuesta actual resulta "muy agresiva" para la Asociación, teniendo en cuenta la escasa y fragmentada penetración en el mercado europeo de los vehículos propulsados por energías alternativas. Del mismo modo, es necesaria una gran inversión en infraestructuras de recarga y suministro de combustible para que los consumidores se planteen adquirir este tipo de vehículos.
En relación a este punto, la Asociación también señala que muchos europeos no pueden comprar estas unidades por cuestiones económicas, por lo que subrayan la necesidad de aplicar nuevos incentivos para el consumo.
De este modo, en Acea consideran que "no se va a dar un cambio radical de la noche a la mañana" en el mercado y aseguran que sería preferible fijar un único objetivo en 2030 y sustituir el de 2025 por una revisión del progreso realizado.