La sostenibilidad es un reto de presente para el transporte.
En todos los ámbitos de la vida existen objetivos comunes en los que se hace necesario aunar esfuerzos. Sin embargo, le pese a quien le pese, cada uno es muy libre (y responsable, por tanto) de luchar por sus intereses como crea conveniente.
Dentro del sector del transporte, la sostenibilidad constituye un reto formidable que ya está transformando el sector y que, por su entidad, debería de afrontarse con un enfoque común.
Por este motivo, Atfrie, patronal del transporte frigorífico, ha decidido adherirse a la declaración conjunta de las asociaciones de transporte por carretera de personas y mercancías, a favor de una movilidad sostenible, firmada por los representantes de Astic, Confebús, Fenadismer, Fitrans y UOTC en el marco de la celebración del II Foro de la Fundación Corell, durante el pasado mes de noviembre.
Con este proyecto, las asociaciones empresariales del transporte se comprometen a colaborar con las iniciativas necesarias para garantizar un crecimiento económico y sostenible, empleo de calidad, la transformación del modelo energético y tecnológico, la mejora del medioambiente y el cumplimiento de los acuerdos internacionales suscritos por el Gobierno de España.
Sin embargo, pocas horas antes, CETM hacía pública una carta abierta en la que, entre otros aspectos, abogaba por haber consensuado previamente esta iniciativa tanto en el Comité Nacional de Transporte de Viajeros como en el de Mercancías.
En definitiva, y dado que tan cabal es unirse a otros para defender lo que se considera una causa justa, como luchar a brazo partido con las fuerzas propias, la división vuelve a estar servida, sin entrar en las razones que asisten a cada cual.
Pero, por otra parte, con todas estas idas y venidas, el sector traslada, tanto dentro, como fuera, una imagen de división y enfrentamiento, exclusiva por otra parte de situaciones puntuales que otros, en ámbitos colindantes, seguro que sabrán aprovechar debidamente en su favor.