La reducción de los residuos en la cadena de suministro (y III)

En esta tercera parte, DHL analiza los problemas y soluciones del reciclaje de materias desechables, sobre todo, naturales, además de aportar ideas para rediseñar la cadena de suministro.

04/04/2014 a las 8:31 h

La reduccion de los residuos en la cadena de suministro III

Gracias a las innovaciones tecnológicas, se ha conseguido que los materiales difíciles de reciclar puedan ser separados para su posterior reutilización y venta. Este último artículo, realizado por DHL, analiza algunos de estos nuevas formas de reciclar los materiales desechables, especialmente los naturales, como comida, telas o papel que, después de agotar todos sus usos posibles, se pueden compostar.

Los residuos solían considerarse sólo como un problema a resolver lo antes posible. En los tres artículos de DHL, se han mostrado casos de compañías que han tratado de maximizar sus beneficios, repensando sus cadenas de suministro con el objetivo de reducir los desperdicios y alargando la vida de sus productos.

Reducir costes con los residuos de alimentos

Muchos fabricantes de comida están estudiando nuevas formas para reciclar los desechos derivados de su actividad, con el objetivo de convertirlos en materia prima que sirvan a otros productos. Por ejemplo, la cáscara de naranja que se obtiene de la producción de zumo se puede calentar en un microondas para utilizar los aceites que desprende en aromas y fragancias. Además, también suelta una sustancia llamada pectina que se puede reutilizar para alimentos o medicinas. Este proceso se conoce como biorrefinería.

Por otro lado, el compost y el 'biochar' son valiosos fertilizantes para cultivar, pero las regulaciones que rigen la venta de alimentos previenen sobre el uso de compost. Por ello, el reto consiste en aprovechar los beneficios que puede aportar el reciclaje de otras maneras, como por ejemplo, usar los posos de café para producir setas gourmet, ayudar a los mataderos a convertir la sangre y huesos sobrantes en abono o crear biocombustibles líquidos o bioenergía.

Una compañía estadounidense de transportes de basura, 'Waste Management', recibió 12,3 mil millones de dólares en 2012 para mover 112 millones de toneladas de basura, de las que el 82% fue a parar directamente a los vertederos. Se estima que este volumen de desechos podría alcanzar un valor de más de 40 mil millones de dólares si se convirtiese en energía.

Para tratar de extraer beneficios de los desechos, desde 2009, la compañía ha invertido en ocho compañías especializadas en gasificación, fermentación o digestión de la basura, que convierten los residuos en fuente de calor, energía o en combustible para el transporte y productos químicos.

Por su parte, DHL también ha estado trabajando con una empresa especialista en el Reino Unido para reciclar la gran cantidad de comida que se desperdicia en sus centros. Una de las soluciones es secar los productos que están hechos entre un 50 y un 70% de agua para crear un polvo con alto contenido calórico, que luego se puede utilizar para ayudar a la digestión anaeróbica de los desperdicios órganicos, proceso a través del que se genera el gas natural. Además, esta empresa también está desarrollando algunos métodos para utilizar el polvo en una caldera que produzca energía.

Rediseñar la cadena de suministro para mejorar el reciclaje

Muchas empresas se están dando cuenta de que consolidar los desperdicios que se generan en diferentes partes de sus cadenas de suministro puede cambiar la economía del reciclaje, ya que centralizar la transformación de los desperdicios en una instalación única puede reducir su coste.

Los supermercados y las tiendas de 24 horas suelen tener este tipo de unidades de reciclaje, en las que se clasifica y se limpia el embalaje para su reutilización. Además, ahora están comenzando a utilizarse para procesar los residuos que se devuelven de las tiendas al por menor.

Con ello, se pueden consolidar residuos de mayor calidad, que luego se pueden vender, y llevar a cabo iniciativas como la conversión de desechos en energía tanto para producir biocombustibles o como para el suministro de la propia instalación.

Involucrar a los consumidores

Otros sectores también están inmersos en la búsqueda de fórmulas que posibiliten la recogida de los residuos en sus redes de distribución. En concreto, el volumen de residuos en el sector textil es particularmente alto, ya sea que se crean como parte del proceso de producción o por los cambios en la moda.

La población estadounidense tira de media 70 libras de ropa al año, incluyendo ropa de cama y otros textiles. La Agencia estadounidense de Protección Medioambiental estima que sólo el 15% de la ropa es reciclada, una cifra muy alejada del 72% de los periódicos y el 50% de las latas de refresco. Esto supone que cada año, sólo en los Estados Unidos, se tiran 11,5 millones de toneladas de tela.

El reciclaje, la reutilización y la reconversión son tres de los enfoques comunes para resolver el problema del desperdicio de tela. La iniciativa Garment Collecting del retailer del sector de la moda H&M, que fue lanzada en 2012, combina precisamente estos tres enfoques. Se anima a los clientes para que lleven la ropa que quieran tirar, independientemente de la marca y el estado, en cualquiera de sus tiendas, para darles una nueva vida.

La ropa es enviada a una planta para clasificarla y ordenarla a mano, con el objetivo de que no se desperdice nada. Los artículos que no aptos para su reventa se reciclan en materias primas para nuevos productos como trapos de limpieza o aislamiento de automóviles.

Innovación en el reciclaje

El diseño de un producto y su embalaje pueden traer dolores de cabeza para el reciclaje, como por ejemplo, el revestimiento de plástico utilizado en las tazas de café desechables, que ha supuesto que estos vasos se conviertan en un contaminante en el reciclaje de papel.

Como solución a este problema, se ha desarrollado una tecnología para deshacer el plástico durante el proceso de reciclaje, separando esta pasta del resto del embalaje, para su uso como material de papel y embalajes de calidad. Con este método se pueden reducir hasta 2,5 mil millones de tazas tiradas en vertederos en Reino Unido sólo en un año.

Puede acceder a los otros dos artículos de esta serie de tres sobre "La reducción de los residuos en la cadena de suministro", en este enlace.

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