La ZAL del puerto de Barcelona consigue la certificación ISO 14001

El certificado acredita que la ZAL ha implantado un sistema de gestión ambiental que ayuda a prevenir los impactos ambientales y minimizar el consumo de energías no renovables.

29/01/2016 a las 0:28 h

La ZAL del puerto de Barcelona consigue la certificación ISO 14001 Para conseguir el certificado, Cilsa ha elaborado una política ambiental que, hasta este momento, se ejercía voluntariamente desde los inicios del desarrollo logístico.

Cilsa, organismo que gestiona la ZAL del puerto de Barcelona, ha recibido el pasado 14 de enero de 2016 el certificado del Sistema de Gestión Ambiental ISO 14001:2004, que concede Bureau Veritas Certification, gracias al cumplimiento de los máximos estándares medioambientales en la gestión de la ZAL, para el mantenimiento y conservación de los espacios comunes.

El eje del proyecto para conseguir la certificación se ha basado en el diseño de la política ambiental de la ZAL del puerto de Barcelona, que recoge los compromisos y objetivos de la compañía, que hasta este momento ejercía voluntariamente desde los inicios de este desarrollo logístico, promoviendo las buenas prácticas y una gestión ética.

El certificado acredita que la ZAL cumple con los requisitos que establece la norma ISO 14001 y que ha implantado un sistema de gestión ambiental que ayuda a prevenir los impactos ambientales,minimizar el consumo de energías no renovables y promover el uso de las mejores tecnologías disponibles.

Destacan en este sistema de mejora medioambiental,entre otros, aspectos como la optimización de los residuos, la minimización de impactos ambientales de actividades e instalaciones, la investigación de los incidentes ambientales que ocurran o la respuesta ante emergencias ambientales y las últimas medidas establecidas como es la sustitución del alumbrado público de la ZAL por alumbrado LED, hecho que permite un ahorro energético, además de que atenúa las emisiones de CO₂.

Con la obtención de esta certificación medioambiental se cierra un proceso iniciado en 2015 y sirve de base para que Cilsa lo incorpore en su política de gestión medioambiental en los ámbitos de su competencia.

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