Los bomberos de Madrid renuevan su flota de la mano de Mercedes y Allison

Se han adquirido 11 nuevas autombombas, montadas sobre chasis Mercedes Atego 1629 AF, con carrocería Rosenbauer, y equipadas con cajas automáticas Allison de la serie 3000.

09/01/2015 a las 7:31 h

En 2014, el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid ha iniciado un proceso de renovación de flota, incorporando a la misma 11 vehículos tipo autobomba rural pesada, o BRP, para servir como vehículos de primera salida en 11 parques ubicados en la Comunidad.

Montados sobre chasis Mercedes Atego 1629 AF, con carrocería Rosenbauer, todos están equipados con cajas automáticas Allison de la serie 3000. Si bien sólo son 11 autobombas las únicas unidades que actualmente cuentan con este cambio automático, el planteamiento de la Comunidad será continuar con el proceso de automatización de la flota.

Con una flota compuesta de 371 vehículos, incluyendo autobombas, autoescalas y furgones de auxilio y rescate, iluminación, taller y unidad Nuclear-Biológica–Química, NBQ, el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid ha adquirido ya su última unidad equipada con Allison, que estará operativa en el Parque Central de Las Rozas y servirá también de banco de pruebas para testar y comprobar el funcionamiento de nuevos equipamientos y soluciones que se puedan incorporar en la flota.

Recientemente, se han celebrado cinco jornadas de formación sobre el nuevo vehículo equipado con la transmisión de la marca estadounidense, a las que han asistido un total de 80 bomberos de la CAM, ya que su puesta en marcha puede plantear algunos retos, como es la perfecta adecuación al carrozado de bomberos.

El cambio automático de Allison permite disponer del par adecuado en cada momento, sin estar pendiente del cambio de marcha, mientras que el retarder ofrece una potencia adicional de frenado. El freno de servicio sólo se utiliza en situación de emergencia o para detener completamente el vehículo. Así, en general, el convertidor de par hace que la frenada sea progresiva e intensa, según las necesidades de cada situación.

Además, al incorporar el retarder, se eleva la vida útil de los frenos y la gestión electrónica que realiza sirve de protección al motor. El no tener embrague puede ayudar también a reducir los gastos de mantenimiento y reparación y tiempo de inactividad.

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