Renault Trucks ha presentado su hoja de ruta hacia un mundo más limpio con el 'Libro Blanco de la descarbonización: el cambio a la movilidad eléctrica', un documento que proporciona datos clave sobre las distintas energías de propulsión y puede ser de ayuda para todas las empresas que necesitan abordar su proceso de descarbonización.
El fabricante francés, comprometido con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, menciona cuatro potenciales soluciones de propulsión para el futuro del sector de los vehículos industriales, analizando los pros y los contras de cada una.
La electromovilidad es para la marca una solución de presente y futuro. Se ha convertido en parte de su estrategia e invierte continuamente en I+D+I para aumentar la capacidad y la autonomía de sus baterías.
La electricidad es el tipo de energía más eficiente para reducir la contaminación atmosférica y acústica, y la más fácil de desarrollar a gran escala para el transporte regional y de última milla. A nivel de emisiones, tiene un enorme potencial para reducir las emisiones.
El hidrógeno, por su parte, está siendo una de las opciones de descarbonización más estudiadas. No obstante, existen numerosos tipos de hidrógeno y no todos ellos son limpios.
Por ello, el fabricante apuesta por tecnologías basadas en el hidrógeno verde, que se produce a partir de electricidad renovable y ofrece una reducción de las emisiones de CO2 de aproximadamente el 67%.
El hidrógeno se puede utilizar actualmente con la tecnología de pila de combustible, que se basa en un camión eléctrico que se alimenta por una pila de combustible de hidrógeno. Esta solución será especialmente relevante para la larga distancia, pero exige grandes inversiones que no se podrán realizar antes de 2030 y 2050.
En cuanto al diésel como tal, desaparecerá a largo plazo, pero se están desarrollando soluciones más respetuosas con el medioambiente, como el biodiésel. Producido a partir de aceite vegetal, permite reducir las emisiones de CO2 hasta en un 60%.
También se está desarrollando el diésel sintético o e-diésel, que permite reducciones de CO2 de hasta el 65%. No obstante, estas soluciones siguen emitiendo emisiones NOx y en el caso del e-diésel, requiere de grandes inversiones económicas, por lo que para 2040 se espera que solo el 10% de vehículos lo utilicen.
Finalmente, el libro analiza las posibilidades del gas, descartando las soluciones procedentes del metano, pero destacando las posibilidades del biogás, con reducciones de hasta el 75% de las emisiones de CO2. No obstante, el biogás genera igualmente emisiones NOx, su producción es cara según la marca y su uso es limitado.