La petición por parte del alcalde de Valencia y de los socios del gobierno autonómico de Compromís y Podemos para realizar una nueva declaración de impacto ambiental ha supuesto que los plazos iniciales se hayan ido al traste.
El puerto de Valencia estima que su ampliación servirá para hacer frente con garantías a los diferentes retos de futuro que tiene planteados.
Durante el proceso de alegaciones, se ha aceptado introducir dos importantes modificaciones, acreditadas por informes externos.
Un informe destaca los ahorros de costes que generará la ampliación norte y señala sus necesidades en términos de nuevas instalaciones logísticas.
Se ha valorado la situación actual del proceso administrativo para el otorgamiento de la concesión, examinando con detalle las características de la propuesta presentada por TIL.
La falta de acuerdo en el seno del gobierno de coalición de la Generalitat valenciana sobre la ampliación norte del puerto de Valencia supone un riesgo para las inversiones y para la propia competitividad del enclave.
El proyecto tendrá un coste aproximado de casi mil millones de euros y de cara a 2030 pretende ser un serio competidor en tráfico de contenedores y reparaciones navales para el canario Puerto de La Luz.
La manera en que se desarrollaron las obras en su momento ha motivado que la superficie anexa al muelle no pueda utilizarse para el movimiento de cargas, con el consiguiente trastorno que esto supone.
Se ha propuesto construir una única gran terminal de contenedores con capacidad para entre cinco y seis millones de TEUs.
Se ha abierto una investigación sobre otras seis personas, que representan a varias empresas vinculadas a la UTE Dique Torres.