Este biocombustible puede utilizarse con los motores diésel actuales, por lo que los vehículos no necesitan ninguna inversión ni adaptación, y representa una solución inmediata para la descarbonización del transporte terrestre.
Los clientes profesionales pueden acceder tanto a la red de puntos de recarga ultrarrápida de las estaciones como a una red interoperada de más de 5.000 puntos de recarga, usando la tarjeta Starresa.
La instalación de Cepsa y C2X, que estará operativa en 2028, tendrá una capacidad anual de aproximadamente 300.000 toneladas y una inversión final de 1.000 millones de euros.
El objetivo es poner en marcha en esta década más de 20 instalaciones de este tipo a lo largo de los principales nodos logísticos y corredores que unen la Península con el resto del continente.
La puesta en marcha de este proyecto, que podría ampliarse a otros trayectos no electrificados, ha supuesto el transporte de más de 4.700 contenedores utilizando diésel renovable en la tracción ferroviaria.
Cepsa, Maersk y Renfe realizan un centenar de trayectos con combustible renovable en el tramo no electrificado entre Algeciras y Córdona del eje ferroviario que une la ciudad andaluza con Madrid.
Cepsa instalará y gestionará durante cincuenta años una planta de aceite vegetal hidrotratado en una parcela en concesión ubicada en el puerto exterior de Huelva.
La energética ya comercializa este biocombustible en una estación de servicio de Madrid y, antes de que finalice el año, estará disponible en otras tres localizaciones más.
Las dos compañías han anunciado que su redes de puntos de recarga en Portugal y España serán compatibles para que los clientes puedan utilizarlas indistintamente.