Un viaje desde el puerto chino de Ningbó hasta Rotterdam a través del canal de Suez supone una distancia de 10.600 millas, que se reduce a 7.800 pasando por el Ártico.
La utilización de la ruta del Ártico puede suponer el ahorro de un tercio de los costes y cerca de la mitad del tiempo de envío de mercancías a China en vez de ir a través del Canal de Suez. Para Rusia supondría la reactivación económica de sus puertos y astilleros.