Con una capacidad de 3.000.000 TEUs anuales, el nuevo centro facilitará la gestión inteligente y digitalizada de los contenedores vacíos.
Las amenazas de huelga en el sector del transporte y el ferrocarril en Estados Unidos, y los confinamientos y estrictos controles en China están llevando a un aumento de la congestión.
Se reducen los tiempos de tránsito en los transportes marítimos intercontinentales, en un contexto de menor congestión portuaria, escasa demanda y mayor capacidad disponible.
La congestión en el puerto de Shanghai tiende a normalizarse, con retrocesos en los tiempos medios de espera en el enclave tanto para portacontenedores, como para petroleros y graneleros.
Shanghai recupera actividad mientras se espera un aumento de la demanda de transporte marítimo de contenedores que podría incrementar la congestión en los puertos europeos.
Una vez que el puerto esté completamente operativo de nuevo, se dará prioridad a las importaciones de contenedores completos, muchos de los cuales contienen materias primas.
La próxima reapertura de Shanghai plantea dos escenarios para el transporte marítimo en función de la evolución de la demanda retenida.
El cierre de Shanghai se mantendrá hasta mediados de mayo como mínimo, aunque los efectos sobre las cadenas de suministro y el transporte marítimo parecen ser menores al que tuvo lugar hace dos años con el inicio de la pandemia.
El atasco de portacontenedores en Shanghai amenaza con producir un nuevo estrangulamiento en la logística global, pese a que la situación parece ir normalizándose.
La invasión de Ucrania y el aislamiento de Shanghai devuelven las tensiones a las cadenas de suministro y se traduce en escasez de abastecimientos e inflación.
Se alarga el cierre de Shanghai por la pandemia y se prolonga el impacto sobre la cadena de suministro, con efectos sobre servicios de carga aérea, transporte terrestre y maritimo.
A consecuencia de las actuales limitaciones en cuanto a recursos humanos y disponibilidad de vehículos, están empezando a formarse colas de buques, no solamente portacontenedores.
Entre los objetivos, se encuentra el desarrollo de combustibles de bajas, ultra-bajas y cero emisiones a lo largo de esta década, con el fin de poder utilizar portacontenedores de cero emisiones.