La presidencia rumana de la UE seguirá debatiendo el Paquete de Movilidad con poca fe

Pese a que Rumanía quiere buscar un consenso, las elecciones al Parlamento Europeo de mayo y las urgencias del Brexit dificultarán los acuerdos.

24/01/2019 a las 19:06 h

Tráfico rodado en el puerto de Calais Preocupa la falta de consenso para sacar adelante un Reglamento que regule las relaciones con Gran Bretaña tras el Brexit.

Durante la primera mitad de 2019, Rumanía preside el Consejo de la Unión Europea, con lo que en los próximos seis meses marcará las prioridades políticas de actuación en todos los ámbitos, incluido el del transporte.

En este segmento, la ministra Rovana Plumb ha dado cuenta ante el Parlamento Europeo esta semana de las líneas prioritarias para el semestre que en el caso del transporte se centrarán en avanzar en las discusiones ya abiertas e ir cerrando el mayor número de expedientes posibles, dando prioridad a aquellos que estén más avanzados.

Entre todos estos asuntos destacan el Paquete de Movilidad, el Brexit y las redes transeuropeas de transporte, con la vista puesta en mejorar la competitividad del sector.

Por lo que respecta al Paquete de Movilidad, la presidencia rumana de la UE quiere avanzar en un compromiso entre las diferentes instituciones comunitarias, aunque las elecciones de mayo implicarían, como se ha destacado esta misma semana en la Comisión de Transporte del Parlamento Europeo, que los acuerdos se produjeran en los primeros meses de 2019, con tiempo antes de la cita con las urnas, algo altamente improbable.

Además, la necesidad de contar con una normativa que regule las relaciones en el ámbito del transporte tras la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea hará de facto que se retrase la negociación del Paquete de Movilidad, en la línea que quiere apoyar el transporte español.

En relación con el Brexit, preocupa la falta de acuerdo a pocos meses de que se produzca la desconexión, ya que, aunque la Comisión Europea ha desarrollado un Reglamento que regularía las relaciones comerciales, sin embargo, no parece contar con el apoyo total de dos pesos pesados de la UE, como son Alemania y Francia.

Adicionalmente, el Reglamento se aplicaría si el Reino Unido se compromete también a mantener una cierta reprocidad en su legislación nacional con respecto a los transportistas europeos. Si no se diera ese trato similar entre las partes, habría que pasar a cada sector concreto y, llegado el caso, también dejar paso a posibles acuerdos bilaterales.

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