Tras darse a conocer el acuerdo de compra de OOCL por parte de Cosco y Shanghai Port International Group, el sector trata de averiguar cuál será el siguiente paso para la consolidación de la industria marítima.
Las ocho navieras involucradas en las últimas operaciones de este tipo cuentan con una capacidad de entre 300.000 y 700.000 TEUs, una cantidad muy pequeña como para competir con los grandes rivales del sector, que controlan flotas con capacidades de entre uno y cuatro millones de TEUs, según recoge Alphaliner.
En medio del proceso de fusiones y adquisiciones que está viviendo el transporte marítimo, solamente cuatro de los operadores de mediano tamaño siguen siendo independientes, con una capacidad global de entre el 1,5% y el 2,8%. Sin embargo, tres de ellas cuentan con financiación estatal: Yang Ming, HMM y ZIM.
Por lo tanto, estas líneas marítimas no forman parte de los objetivos de adquisición de los posibles compradores fuera de sus países de origen, dada su vinculación con los gobiernos de Taiwán, Corea e Israel.
Además, la situación financiera por la que atraviesan desalentaría a cualquier operador. Yang Ming se encuentra inmersa en un proceso de recapitalización impulsado por la administración taiwanesa, mientras que HMM y Zim también han pasado por reestructuraciones en 2016 y 2014 respectivamente.
Esto deja a Pacific International Lines, PIL, con sede en Singapur, como la única candidata cuya adquisición no plantearía problemas a los interesados. Su posición actual, en particular en las rutas relacionadas con África, podría atraer a los compradores que traten de hacerse un hueco en este mercado emergente.
Además, la naviera acaba de mejorar su situación económica con la venta de algunos activos y ha obtenido créditos bancarios con los que podrá pagar su deuda actual.