El sector inmobiliario industrial español encara 2026 con un dinamismo creciente impulsado por la demanda de nuevas infraestructuras, el avance de la automatización y la entrada de inversión internacional en sectores de alto valor, según Accolade.
Así mismo, pese a la presión sobre los principales mercados y de los desafíos administrativos que aún persisten, España se mantiene como uno de los mecados más atractivos de Europa para el desarrollo de proyectos industriales, logísticos y tecnológicos de nueva generación, de acuerdo con este mismo análisis.
Rápida evolución de la demanda
De manera particular, Accolade argumenta que la demanda continúa evolucionando a gran velocidad y las empresas buscan soluciones inmobiliarias que respondan a sus necesidades operativas a la vez que permitan anticiparse a ciclos de innovación, sostenibilidad y automatización cada vez más cortos.
En este contexto, factores como la disponibilidad de suelo, la capacidad de adaptación técnica de los proyectos y el impulso regulatorio marcarán la actividad del mercado.
Con más detalle, a combinación de estos elementos determinará el ritmo de desarrollo y las oportunidades de inversión durante los próximos meses.
Cinco tendencias para 2026
Accolade identifica cinco tendencias que marcarán la evolución del sector inmobiliario industrial en 2026.
La primera anticipa que los proyectos llave en mano ganan peso como fórmula clave de desarrollo, especialmente en tipologías con requerimientos técnicos muy específicos, como naves de frío o temperatura controlada, plataformas cross-dock o instalaciones vinculadas a cadenas de suministro complejas, donde la adaptación a la operativa del usuario es determinante.
En el periodo 2025-2026, se estima que buena parte del nuevo stock en construcción será bajo este modelo, reforzando su relevancia para los próximos desarrollos industriales.
En segundo lugar, España se ha consolidado como hub digital del sur de Europa y seguirá atrayendo inversión en centros de datos gracias a su conectividad internacional, la disponibilidad energética y su posición geoestratégica.
Además, sectores como defensa, aeronáutica, movilidad eléctrica y tecnologías avanzadas están experimentando un ciclo expansivo que requiere infraestructuras industriales de nueva generación.
Por otro lado, los trámites urbanísticos y la obtención de licencias siguen condicionando la velocidad de desarrollo, con procesos que pueden prolongarse entre 12 y 24 meses en ciudades clave, por lo que los planes de digitalización y simplificación administrativa que impulsan algunas Administraciones podrían generar mejoras graduales durante 2026.
En cuarta posición, algunas regiones, como Cataluña, tienen niveles de disponibilidad muy reducidos, especialmente en el caso de naves logísticas eficientes, de nueva generación o adaptadas a los estándares actuales del mercado.
En estos caso, la demanda de producto de calidad supera a la oferta, lo que mantendrá la presión sobre precios y acelerará la rehabilitación de activos obsoletos, así como el reposicionamiento de inmuebles con potencial.
En este contexto, también se prevé un desplazamiento de parte de la actividad hacia localizaciones periféricas o emergentes, con mayor capacidad de absorción y disponibilidad de suelo.
Por último, aunque los hubs principales están tensionados, España dispone de oportunidades significativas en áreas como Castilla-La Mancha, Aragón o Andalucía, regiones que cuentan con suelo competitivo, buenas conexiones viarias y capacidad para atraer proyectos industriales de nueva generación vinculados al nearshoring, las cadenas de suministro reforzadas y nuevas industrias tecnológicas.
Según Accolade, el desarrollo de estos territorios será clave para descongestionar los principales mercados y acompañar la evolución industrial del país durante los próximos años.
