El último informe de la Unión Postal Universal sobre el estado del sector en 2025 dado a conocer esta misma semana apunta que el sector se juega su futuro en la diversificación de negocio y el mantenimiento de la red de oficinas.
El trabajo apunta específicamente a una paradoja que se está produciendo en el mercado global de servicios postales. Mientras por un lado los volúmenes de mercancía movida en transportes transnacionales está en máximos históricos, la fragmentación de estas rutas y la aparición de nuevos corredores postales principales contribuye a fragmentar el mercado e introducir ineficiencias.
Según el análisis de la UPU, si en 2019, antes de la pandemia de covid-19, había entre treinta y cincuenta corredores postales principales a nivel global, en 2025 se utilizan unos 150.
De acuerdo con el informe, esta situación tiene cuatro efectos sobre el mercado. Por un lado, reduce las economías de escala que se pueden generar en los servicios de transporte, mientras que por otro, incrementa los trámites administrativos fronterizos. Así mismo, la tendencia limita el acceso al mercado de los pequeños exportadores y reduce la resiliencia del sistema en su conjunto.
En definitiva, de acuerdo con el análisis de la UPU, la situación incrementa los costes logísticos y aumenta los tiempos de espera para los destinatarios finales.
Para minimizar estos efectos, la entidad internacional propone la creación de una red de distribución postal compuesta por nodos regionales estratégicos de transporte y corredores estandarizados.
De igual modo, el estudio constata que la eliminación de oficinas postales, aunque en un principio sirve para reducir costes en un contexto de mercado a la baja, también tiene implicaciones negativas para el servicio y el aumento de la facturación.
En este sentido, la UPU asegura que mantener redes sólidas de oficinas, especialmente en zonas rurales y despobladas, puede servir de catalizador para impulsar el crecimiento del servicio postal.
