Ignacio Álvarez-Ossorio es un ejemplo claro de esos profesionales del sector portuario español que trabajan incansablemente para que día tras día las mercancías entren y salgan de los principales nodos que unen España con el resto del mundo.
Si no existieran personas como este sevillano habría que inventarlas porque son la clave para que todo funcione en un sistema de gran complejidad y exigencia.
Los puertos son el escaparate del país hacia el exterior y puerta de entrada para las importaciones que necesita la economía española. De su normal funcionamiento dependen muchas empresas y empleos más allá de cada comunidad portuaria.
Por eso es crucial contar con perfiles como el de Ignacio Álvarez-Ossorio, que requieren de una amplia formación, de una capacidad de trabajo inasequible al desaliento y un conocimiento enciclopédico del entorno portuario.
Este hispalense es Ingeniero Industrial y licenciado en Derecho. Combina así una visión científica con un amplio conocimiento del entorno legal y administrativo en que se desarrolla la actividad portuaria.
Tras nueve años como director del puerto de Huelva, Álvarez-Ossorio pasó en octubre del pasado 2024 a ser el director general de la Agencia de Puertos de Andalucía.
Ignacio Álvarez-Ossorio forma parte de un grupo de profesionales portuarios que con dedicación, esfuerzo y conocimiento del entorno juegan un papel imprescindible para impulsar la actividad de los puertos españoles.
Anteriormente, Álvarez-Ossorio ha ocupado diferentes puestos de responsabilidad en Tussam y, así mismo, ha sido coordinador de Transportes de la Comisión Intermediterránea de la Conferencia de Regiones Periféricas y Marítimas de Europa, presidente de Europlatforms, miembro de la Asociación Europea de Puertos Marítimos y, más recientemente, miembro del Foro Europeo del Corredor Atlántico.
Su papel en el ámbito portuario español en general, y en el andaluz en particular, merecen un reconocimiento para un profesional que ha sabido dinamizar las entidades en las que ha desarrollado su labor y, al tiempo, ganarse el aprecio de colegas, clientes, colaboradores, responsables políticos y trabajadores.