'Blade riders', en el filo que separa la economía colaborativa de la explotación

Según denuncia UGT, las plataformas digitales modifican sus prácticas en las relaciones laborales "con el objetivo de eludir las sanciones de la Inspección de Trabajo y mejorar su imagen pública".

06/03/2018 a las 21:55 h
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Los trabajadores que entregan a domicilio los productos y servicios de las nuevas plataformas digitales realizan su labor en un marco laboral difuso que oscila, a juicio de muchos, en el filo que separa la nueva economía y el fraude laboral.

Según ha denunciado recientemente UGT, los repartidores están denunciando "cambios en las diferentes plataformas para seguir encubriendo un posible fraude en su relación laboral y aparentar mayor independencia con el objetivo de eludir las sanciones de la Inspección de Trabajo y mejorar su imagen pública".

UGT destaca la "gran capacidad de transformación de estas plataformas digitales, que en este caso están introduciendo cambios para seguir negando relación laboral con sus repartidores, a pesar de que estos trabajadores no pueden negociar sus condiciones" y señala, en concreto, situaciones como las de Glovo, que paga en días lluviosos un 30% más, fomentado así el riesgo de accidentes cuyo coste tienen que asumir los trabajadores como autónomos.

Cobros por seguros de accidente y por aplicaciones 

De igual modo, esta misma empresa cobra, según UGT, 4,30 euros al mes a los trabajadores por un seguro en caso de accidente o de responsabilidad civil, así como un canon por utilizar la aplicación que utilizan para poder trabajar. En idéntico sentido, UberEATS también repercute a los repartidores el 10% de la facturación por utilizar su aplicación, informa la central sindical.

Así mismo, como parte de los cambios que se están produciendo, el sindicato también denuncia la desaparición de la aplicación que utilizaba Deliveroo, por ejemplo, para asignar los horarios de sus repartidores y que ahora ha pasado en basarse en una valoración personal de cada trabajador o trabajadora realizada por la empresa que, según explica la central sindical, "ha generado una competencia salvaje para la obtención de los mejores horarios".

UGT considera que Deliveroo ha prescindido de esta aplicación ya que, gracias a ella, "la Inspección de Trabajo ha podido demostrar que los repartidores no eran libres para elegir su horario de trabajo", según afirma.

En este sentido, el sindicato destaca que Deliveroo tiene recurridas dos actas de liquidación de la Inspección de Trabajo de Madrid y de Valencia que la obligan a dar de alta a sus 'riders' en el Régimen General de la Seguridad Social, mientras que, por otra parte, están pendientes de resolver las denuncias presentadas a las plataformas digitales de UberEATS, Glovo y Stuart.

Amazon su suma al carro

En este contexto, Amazon ya ha desembarcado en Madrid desde poco más de un mes con su servicio Amazon Flex, que utiliza contratistas independientes que utilizan sus propios vehículos para entregar paquetes desde los centros de envío, con el soporte de una aplicación móvil, y que el gigante del comercio electrónico tiene previsto extender próximamente a Barcelona y Valencia.

En este servicio, todos los gastos quedan en manos de los 'riders' que tendrán que recoger los pedidos en las plataformas de Amazon para entregarlos en cada domicilio por un precio de 14 euros la hora, en módulos de dos horas como mínimo y en horarios que, a priori, pueden elegir libremente.

Al igual que los sindicatos, las organizaciones empresariales de logística también defienden que todas las plataformas digitales que ofrecen servicios de mensajería, paquetería o transporte de mercancías deberían de tener las mismas obligaciones fiscales que las empresas tradicionales del sector, para evitar una competencia desleal.

No existe un frente común entre empresarios y trabajadores para cercar las actividades de las plataformas digitales que se mueven al filo de la navaja, entre las brumas de un limbo legal, pero tanto unos como otros reclaman una mejor regulación de estos servicios para evitar abusos y que bajo la figura del autónomo dependiente se camuflen relaciones laborales en las que, como indica Comisiones Obreras, la empresa determina el horario de trabajo, fija los salarios a pagar y establece penalizaciones y despidos.