El aumento del salario mínimo penaliza la contratación de operarios de almacén

Las empresas empiezan a replantearse las estructuras laborales de sus almacenes, para poder pagar salarios más altos a cambio de tener menos personal para no incurrir en un incremento de costes que no toleran los actuales márgenes de los servicios logísticos.

17/01/2019 a las 21:15 h
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La economía real vuelve a sufrir una vez más las consecuencias de políticas erráticas y de tinte propagandístico y populista, en un momento en el que se empiezan a percibir los síntomas de una más que probable ralentización del crecimiento de estos últimos dos años.

La subida del salario mínimo interprofesional (SIM) a primeros de año hasta los 1.050 euros mensuales para los trabajadores que cobran doce pagas al año y hasta los 900 euros al mes para los que perciben catorce pagas anuales, ha supuesto de facto un incremento de los costes laboralespara gran parte de las empresas, precisamente en el grupo de empleados más numeroso, el que ocupa categorías profesionales más bajas.

En el ámbito del transporte y almacenamiento, esta situación tiene implicaciones en dos categorías que suponen el grueso de la contratación laboral del sector mes tras mes: las de ocupaciones elementales y de operarios de maquinaria, personal que tradicionalmente suele estar asociado al trabajo de almacén.

En diciembre, para operarios de maquinaria se realizaron 35.165 contrataciones, y para ocupaciones elementales se totalizaron 34.788 contratos, de un total del sector en el mes de 108.148 contratos de trabajo, un 64,68% de la contratación total del sector en diciembre por tanto.

El incremento de los salarios que perciben estos profesionales hasta alcanzar el salario mínimo tanto en los convenios colectivos sectoriales como en las contrataciones que se realizan a través de empresas multiservicios o de ETTs está creando grandes quebraderos de cabeza a muchos directivos y empresarios.

De hecho, las empresas empiezan a replantearse las estructuras laborales de sus instalaciones logísticas, así como sus políticas de contratación en un segmento de actividad como el almacenamiento intensivo en el uso de personal, con el fin de poder pagar salarios más altos a cambio de tener menos personal, ya que la tensión que producen los tenders sobre los precios de los servicios logísticos, impiden poder ceder un incremento de costes para mantener los actuales volúmenes de plantilla con los actuales márgenes, en el marco de un mercado hipercompetitivo.

La inmologística también acusa el alza del SMI

Otra derivada del alza de costes, debido al incremento del SMI, es un parón relativo que empieza a hacerse evidente a la hora de contratar nuevas instalaciones. Los departamentos logísticos de las empresas y los propios operadores, se encuentran en un momento de reordenamiento de sus políticas laborales y eso repercute a la hora de afrontar posibles ampliaciones de instalaciones logísticas.

Aunque la ralentización en el fin de 2018 y comienzos de este 2019 no es aún preocupante, algunos inversores y promotores, ven cómo comienzan a dilatarse los plazos para cerrar operaciones de alquiler. Y eso en un momento como el actual, que en los próximos meses se va a producir la puesta en el mercado de una importante cantidad de nuevos activos, que en muchos casos se han desarrollado 'a riesgo' y que puede complicar aún más la situación.