El operador comenzó hace nueve años a simplificar la experiencia global de comercio electrónico de tal forma que los compradores on-line pudiesen utilizar los sitios web de e-commerce británicos y estadounidenses como si estuvieran haciendo compras en su país.
Para ello, presta asesoramiento a la hora de atraer consumidores extranjeros a las empresas, facilitando versiones locales de las páginas webs de los retailers, con los precios y la moneda local, y ayuda a la entrega de los pedidos.
Una vez que los artículos se venden a compradores extranjeros, los minoristas los envían a uno de los centros de i-parcel en Los Ángeles, Indianapolis, New Jersey, en Estados Unidos, o en Surrey, en el Reino Unido.
Desde ahí, la compañía los envía al país de origen a través de líneas aéreas comerciales, y utiliza empresas locales de correos para realizar la última milla. Además, el servicio Preferred ofrece entregas de cinco a seis días laborales.
UPS, que no ha revelado los términos de la adquisición, ha asegurado que, con esta operación, a partir de ahora conectará retalires on-line de EE.UU. y Reino Unido con más de 100 país.
Asimismo, la paquetera prevé un gran crecimiento del e-commerce a nivel internacional. De hecho, según un estudio de Pay-Pal, el mercado actual, de 105.000 millones de dólares (82.547 millones), crecerá en más de 300.000 millones de dólares (235.850 millones de euros) en 2018, con 130 millones de compradores transfronterizos.