Directora Comercial Dunas Capital Real Estate
Beatriz Olabarría, directora Comercial Dunas Capital Real Estate

La energía, el nuevo lujo del suelo logístico

Mientras un número reducido de terrenos cuentan con acceso inmediato a energía, por otro, grandes superficies industriales teóricamente disponibles, en la práctica se vuelven inviables sin inversiones adicionales.
04/12/2025 a las 22:16 h

Durante años, hablar de suelo logístico en España era hablar de ubicación, accesos y superficie. Hoy, sin embargo, hay un nuevo factor que condiciona el desarrollo del sector tanto o más que la disponibilidad de metros cuadrados: la potencia eléctrica

Encontrar terrenos logísticos con capacidad energética suficiente se ha convertido en una tarea cada vez más difícil, y el problema amenaza con ralentizar el crecimiento de un mercado que hasta hace poco parecía imparable.

La realidad es sencilla y preocupante a la vez. Muchos de los suelos industriales disponibles en los principales ejes como Madrid, Guadalajara, Zaragoza, Valencia o Barcelona, fueron diseñados en un contexto en el que la demanda eléctrica era muy inferior a la actual. 

Las plataformas logísticas modernas, en cambio, requieren potencias mucho mayores: sistemas automatizados, climatización, refrigeración, iluminación inteligente y, cada vez más, recarga eléctrica para flotas de distribución.

La disponibilidad de suelos con capacidad energética suficiente es yaq un  problema que amenaza con ralentizar el crecimiento de un mercado que hasta hace poco parecía imparable.

Esa brecha entre la planificación energética y las necesidades reales del mercado se ha convertido en un cuello de botella que limita la viabilidad de muchos proyectos. No es extraño encontrar parcelas perfectamente ubicadas, con todos los permisos urbanísticos, pero incapaces de soportar un desarrollo logístico de gran formato por falta de potencia disponible en la red. 

La única solución pasa por costosas ampliaciones o nuevas líneas de media tensión, que pueden tardar más de un año en tramitarse y multiplicar los costes.

Como resultado, el mercado se ha polarizado. Por un lado, un número reducido de terrenos con acceso inmediato a energía, cada vez más escasos y cotizados; por otro, grandes superficies industriales teóricamente disponibles, pero que en la práctica se vuelven inviables sin inversiones adicionales. Esta situación está empujando a muchos promotores hacia zonas más periféricas y elevando el coste medio del suelo logístico en España.

Lo paradójico es que el país cuenta con una excelente red de infraestructuras, mano de obra cualificada y una posición estratégica en el sur de Europa, pero su limitación energética local amenaza con frenar su competitividad en la nueva economía de la distribución. Los fondos internacionales y los grandes operadores lo saben bien: sin electricidad, no hay proyecto.

La brecha entre la planificación energética y las necesidades reales del mercado se ha convertido en un cuello de botella que limita la viabilidad de muchos proyectos.”

La raíz del problema está en la falta de coordinación entre urbanismo y planificación eléctrica. El desarrollo logístico no puede seguir tratándose como una cuestión meramente urbanística; requiere una visión integral que contemple desde el inicio la disponibilidad de potencia y la agilidad de conexión a la red.

El reto para los próximos años es claro: si España quiere consolidarse como un gran hub logístico europeo, debe garantizar que el suelo no solo exista sobre el papel, sino que pueda encender la luz

En un mercado cada vez más tecnológico y sostenible, el verdadero valor del suelo ya no solo se mide en metros cuadrados, sino también en megavatios.

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