El abaratamiento del precio internacional del petróleo en 2025 y 2026 no llegará a los transportistas

Los transportistas no podrán beneficiarse de las caídas en el precio internacional del petróleo de este 2025 y del próximo 2026 por una cadena de suministro ineficiente y una creciente presión impositiva.

04/11/2025 a las 9:10 h
gasoleo diesel combustible surtidor

Las predicciones de los mercados internacionales anticipan una continuidad en la disminución de los precios internacionales del petróleo para 2026, en línea con las caídas de las últimas semanas.

Las principales instituciones económicas pronostican que el crudo acabará 2025 con un precio de 68 dólares en barril Brent, para situarse el año que viene en un rango de entre 52 y 60 dólares el barril de petróleo Brent, lo que implicaría una caída anual de entre un 12% y un 24% si se cumplen los vaticinios, según apunta Transporeon. Y todo ello pese a los esfuerzos de los países de Opep para reducir la producción y maniobrar para incrementar los precios.

Todas estas circunstancias apuntan que hay suministro de combustibles fósiles de sobra para un mercado con una demanda contenida, debido a la situación económica y al tirón de energías alternativas, especialmente de la electricidad. Algunas previsiones estiman que la demanda de petróleo dismnuirá en 90.000 barrilles diarios a lo largo de todo 2026.

Sin embargo, este escenario seguramente no tendrá un reflejo acorde en el precio que se paga en surtidor por los derivados del petróleo, como es el caso del gasóleo para el transporte de mercancías.

Además, en Europa, esta normal translación al precio final del gasóleo está condicionada por dos factores. El primero de ellos tiene que ver con la reorganización del suministro de petróleo que ha producido desde la invasión rusa de Ucrania, que ha obligado a reemplazar el combustible ruso por otros procedentes de otros países, fundamentalmente de los Estados Unidos.

Esto, aparte de encarecer la materia prima, ha dado lugar a cadenas de suministro muy vulnerables ante posibles eventos geopolíticos y proclives a posibles roturas en sus eslabones más débiles. De igual modo, el tiempo de suministro del crudo para la producción de derivados se ha alargado a plazos de entre tres y seis semanas.

En segundo lugar, el precio de los combustibles en Europa tiene un componente impositivo muy elevado que, además, se incrementará a medio plazo con llegada del ETS2 al transporte por carretera ya en 2027.