Este pasado sábado, 8 de noviembre, el transporte navarro cuiminaba su calendario de protestas con una masiva concentración de camiones que recorrió las calles de Pamplona.
El rechazo a los peajes para camiones, la demanda de una fiscalidad justa y las mejoras en infraestructuras que eviten la alta siniestralidad mortal de algunas carreteras navarras son las principales reivindicaciones de los transportistas navarros para que la profesión sea digna y se garantice el relevo generacional.
Los convocantes de estas protestas constatan que “llevamos meses presentando propuestas serias y viables sobre fiscalidad, peajes e infraestructuras, pero seguimos recibiendo silencio. Esta camionada es un mensaje claro: el transporte navarro no se rinde y exige respeto".
Sin embargo, dos días después, es decir, este lunes, 10 de noviembre, los sindicatos Comisiones Obreras, UGT, Lab y Ela han aunciado la convocatoria de una asamblea sectorial el domingo 16 de noviembre para poner en marcha medidas de presión destinadas a desbloquear la negociación del convenio colectivo provincial.
En este contexto, UGT asegura que "nos parece vergonzoso que se manifiesten en las calles para exigir pagar menos impuestos y peajes, o para reclamar soluciones al relevo generacional, cuando no cuidan a sus propias plantillas: no actualizan condiciones laborales ni salariales, mantienen sin convenio al sector durante 18 años y utilizan el chantaje de los recortes para intentar firmarlo. Todo ello mientras muchas de sus empresas siguen practicando fraude laboral de forma continuada: horas extraordinarias camufladas como kilómetros no cotizados, jornadas abusivas e ilegales sin los descansos reglamentarios, sobrecargas de trabajo, y una nula inversión en prevención de riesgos laborales".
El convenio colectivo del sector del transporte de nercancías por Carretera de Navarra actualmente en vigor se firmó con una vigencia de dos años, 2007 y 2008.
Las negociaciones para renovarlo están bloqueadas desde el pasado mes de mayo debido a "la ausencia total de avances y la postura inamovible de la patronal", según UGT.
La central sindical argiumenta que el objetivo de este parón negociador "es desregular las condiciones laborales del sector y recortar mejoras conquistadas en el pasado, ofreciendo a cambio incrementos salariales claramente insuficientes y alejados de garantizar el poder adquisitivo perdido por las personas trabajadoras. A ello se suma su apuesta radical por la absorción y compensación de cualquier concepto salarial obtenido individualmente o acordado colectivamente en las negociaciones que se han conseguido en diferentes empresas en estos 18 años, lo que supondría una congelación salarial inasumible".
Al mismo tiempo, el sindicato insiste en que "la firma de un buen convenio haría atractivo trabajar en el sector y contribuiría a resolver uno de los problemas que denuncian: el relevo generacional. Pero queda demostrado que no están por la labor de acordar, sino de protestar y bloquear".