Una encuesta realizada por la Iru y Michelin a 1.100 conductores europeos para analizar su grado de satisfacción con su empleo indica que un 81% de todos ellos están contentos con su labor, aunque no recomendarían su trabajo a otras personas dadas las duras condiciones de la ocupación.
En definitiva, los profesionales de la rosca tienen un fuerte componente vocacional, pero, como cualquier ser vivo. también quieren cariño en forma de reconocimiento social y, especialmente, laboral, en forma de mejores condiciones de trabajo.
Concretamente, sólo un 14% de los chóferes encuestados recomendarían su trabajo a otra persona, lo que implica un toque de atención sobre lo que piensan del entorno en que desarrollan su labor, especialmente por la falta de áreas de descanso, la escasez de aparcamientos seguros, el maltrato en las zonas de carga y descarga, y la falta de reconocimiento.
Exactamente, un 80% de los encuestados cita todos estos factores como relevantes o muy relevantes para calificar su situación profesional.
Así mismo, el trabajo también incide en la necesidad de mejorar tanto las condiciones reales de trabajo y la imagen del sector para intentar atraer a nuevos profesionales, especialmente entre jóvenes y mujeres.
A su vez, la falta de nuevos profesionales sólo incrementa la tendencia al envejecimiento del colectivo, con más de un tercio de todos los chóferes europeos con más de 55 años de edad.