Tendencias contrapuestas en la gestión empresarial de la logística (2ª parte)

Los procesos de externalización y de subcontratación no son elementos extraños en el sector logístico y de transporte, en los que se vienen utilizando desde hace años con asiduidad.

30/06/2019 a las 1:29 h

La aparición de las plataformas digitales y de la llamada economía colaborativa ha traído a la palestra nuevas formas de contratación que implican ventajas competitivas frente a otras formas tradicionales.

Al mismo tiempo también han venido a trastocar la esencia misma de las relaciones laborales, hasta el punto de llegar a provocar una precarización de las condiciones que las autoridades están empezando a perseguir en diferentes ámbitos.

Desde el puramente laboral al fiscal, pasando por el mercantil y todo lo relacionado con el Derecho de la Competencia, algo que constituye una parte fundamental de gran parte de los Estados de Derecho de todo el mundo.

Procesos de integración

En plena revolución tecnológica, los sectores de la logística y el transporte podrían experimentar cambios a nivel organizativo y empresarial de gran calado, a juicio de muchos expertos.

Por un lado, suele decirse que podría producirse una convergencia entre las empresas de transporte de mercancías y las de viajeros, ya que, al fin y a la postre, realizan una actividad idéntica para la que podrían utilizarse vehículos mixtos aún por desarrollar, pero que podría aportar valor en la optimización de los tiempos de utilización de las unidades en la distribución urbana, por ejemplo.

[sumario]El análisis en tiempo real del ingente volumen de datos que genera la cadena de suministro se convierte en un objetivo de primera necesidad en un entorno complejo, que ofrece muy poca visibilidad hacia el futuro inmediato.[/sumario]

Por otro lado, también se especula con procesos de integración de una mayor transversalidad, aprovechando las sinergias, por ejemplo, que pueden darse entre los fabricantes de los vehículos y las propias empresas, en el sentido que apuntan movimientos incipientes de algunos grandes operadores logísticos de talla mundial, o incluso alguna empresa de e-commerce, con diferentes fabricantes de vehículos comerciales, por ejemplo.

Lo cierto, por ahora, y a estas alturas de siglo, es que se están produciendo movimientos que traspasan los límites, hasta hace un tiempo rígidos, que han separado los diferentes segmentos que componen un sector tan heterogéneo como es el sector logístico.

Las terminales automatizadas ya son una realidad. Las terminales automatizadas ya son una realidad.

Es el caso, por ejemplo, de navieras que se lanzan al segmento de las actividades logísticas o al transporte de mercancías por carretera, por poner algunos casos.

Con anterioridad, en las dos primeras décadas del siglo y en los años ‘90 de la pasada centuria también se han ido produciendo procesos de integración, aunque si bien con un fuerte componente de internacionalización, de tal modo que un grupo de grandes empresas han conseguido tener actividades en gran parte del planeta, con el fin de convertirse en interlocutor único de sus clientes para gestionar cadenas de suministro cada vez más complejas y alargadas.

Sin embargo, junto con esta tendencia a la integración, la aparición de grandes plataformas digitales que han buscado nuevas formas para las relaciones con sus clientes, así como desde el punto de vista de la organización de la operativa, presionan para contar con grupos de empresas y autónomos subcontratados. Todo ello en busca, como siempre, de llevar la mercancía en tiempo y forma allí donde sea necesario.

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