Como ya sucede con la propia operativa logística, el comercio electrónico también está moldeando a su imagen y semejanza las instalaciones destinadas a la distribución y almacenaje para el canel del e-commerce.
Sin embargo, pese a que cada vez parecen más claras las necesidades específicas del e-commerce en cuanto a instalaciones logísticas, tampoco acaba de dibujarse un centro que sirva para las necesidades de este segmento, debido, en gran parte, a la propia evolución de la gestión logística del e-commerce que se transforma a gran rapidez.
Lo que sí que parece asumido por todos es que el comercio electrónico multiplica las necesidades de suelo para actividades logísticas tradicionales por tres y que, además, demanda de forma prioritaria instalaciones en zonas muy próximas a los principales núcleos de población, precisamente en áreas en las que el suelo escasea y es más caro.
Esta situación es la que marca una evolución hacia instalaciones más pequeñas y numerosas, con las que ganar capilaridad y contener los gastos de suelo hasta donde sea posible.
Nuevas tendencias
De esta manera parece como si hubiera una tendencia ambivalente en las actividades logísticas asociadas al comercio electrónico, por lo que respecta a sus instalaciones: mientras que por una parte de se tiende a almacenes de gran tamaño o XXL, que suelen superar los 50.000 m2 de superficie, por otra parte, también emerge la idea de contar con instalaciones avanzadas, condicionadas por la escasez de espacio y la carestía del suelo, ya en pleno corazón de las principales ciudades.
De igual modo, el segmento suele contar con desarrollos hechos a medida para cada necesidad concreta, sin que se llegue a concretar un modelo único, algo que facilitaría el desarrollo de instalaciones estándar a mejores precios.
[sumario]Los almacenes de comercio electrónico suelen multiplicar por tres el espacio dedicado a actividades logísticas, al tiempo que emplean a más personal y necesitan más muelles.[/sumario]
Otra de las principales características que se buscan para las naves dedicadas a la logística del comercio electrónico tiene que ver con su conectividad en una doble vertiente.
Por un lado en cuanto a su capacidad para acceder a las principales vías de comunicación de la zona en que se encuentre localizado cada almacén, con el fin de facilitar el transporte rápido de los envíos de e-commerce a los destinatarios finales, mientras que, por otro, también se refiere a la propia capacidad de las instalaciones para absorber un gran volumen de vehículos de diferentes tamaños que abastacen y distribuyen desde estas instalaciones.
De igual modo, una tendencia que también destaca en las instalaciones logísticas para el e-commerce es su necesidad de buscar ubicaciones muy próximas a los principales núcleos urbanos, en un intento por reducir los tiempos de tránsito, mejorar la coordinación de las operaciones de reparto y optimizar el servicio con vistas a hacerlo lo más rentable posible.
En este sentido, sin embargo, la carestía del suelo en las ciudades más grandes, así como la escasez de inmuebles con características adecuadas hace que se busquen nuevas soluciones con las que sacar rendimiento al espacio en altura y el aprovechamiento de entresuelos para ganar espacio allá donde sea posible.
Una tendencia en las instalaciones logísticas para el e-commerce es su necesidad de buscar ubicaciones muy próximas a los principales núcleos urbanos.
Sin embargo, esta misma tendencia choca con el hecho de que las instalaciones logísticas dedicadas al comercio electrónico suelen ser intensivas en la utilización de mano de obra, frente a otras instalaciones logísticas tradicionales con menos personal.
Esta situación obliga a buscar localizaciones con buenas conexiones con el transporte público para facilitar el acceso y evitar problemas en los cambios de turnos y aglomeraciones..
Así las cosas, la escasez de suelo en localizaciones prime, próximas a las principales ciudades del país y las específicas necesidades de cada operador hacen que se busquen desarrollos llave en mano.
Otra opción es la reforma o restyling de naves que han quedado obsoletas, para adaptarlas a las necesidades logísticas del e-commerce, con mayores capacidades de almacenamiento, a través del aprovechamiento de altillos y entresuelos, y una mayor conectividad, con una mayor ratio de muelles para agilizar la operativa de almacén.
Se busca adaptar naves con una antigüedad considerable, pero que tienen una ubicación muy próxima al consumidor que no pueden ofrecer otros productos, por lo que surge como una opción asequible la posibilidad de reacondicionar espacios para adaptarlos a los usos de la gestión logística actual.
Otra tendencia en algunas cadenas es la progresiva transformación de una parte de los establecimientos comerciales en un almacén de fulfillment avanzado desde los que gestionar de manera integrada el stock, tanto para el canal de tienda física como para el canal on-line, con el fin de optimizar recursos.
